¡Qué hipocresía!

Voy a presentar dos casos muy paradigmáticos del trasfondo generado por una frase. Caso 1: La frase “Negro de mierda”, cruzada entre el jugador del Cádiz Juan Cala y el del Valencia Mouctar Diakhaby. Frase que nadie oyó ni se ha podido demostrar que se dijese a lo largo del encuentro, ha dado origen al siguiente resultado: Un jugador cadista verdaderamente abatido y sometido a una ‘caza de brujas’ (con la manifiesta gravedad de haberse enterrado su presunción de inocencia). En redes sociales los que viven del tema del racismo se han puesto las botas llevándose las manos a la cabeza al ver semejante acto flagrante de racismo (sin tan siquiera haberse demostrado su veracidad). Asistimos a un verdadero circo mediático en el que... ¡Hasta el Gobierno ha intervenido. Como si no tuviera otra cosa que hacer!

Caso 2: La frase “...lo primero que haría si triunfa la revolución sería ir a la Zarzuela y acuchillar al Rey y a la princesa Leonor...”. Ha sido divulgada en las redes sociales por el propio secretario general del Partido Comunista, Enrique Santiago, ha tenido el siguiente resultado: Ante tamaña ‘hidalguía’ ha sido premiado y nombrado secretario de Estado. ¡Toma ya!, cuando tenía que haber sido expedientado o denunciado por proferir semejantes intenciones asesinas dirigidas nada más y nada menos que, contra el Jefe del Estado de España y su sucesora. ¿Qué han hecho los medios y redes sociales ante tan gravísima frase sectaria y hampona? Callados como tumbas. ¿Qué ha hecho el gobierno de la nación ante semejante aberración? Nada. Sumirse en un silencio cobarde y callado ya que el autor ha sido proferida por uno de los suyos. Queda patente que hay una vara de consistente hielo para medir unas cosas y de agua derretida para medir otras. ¿No es de soberana hipocresía el trato discriminatorio? ¡Vaya que sí!