Diario de Cadiz

EMPRESAS EN EL MARF (Y SÓLO DOS ANDALUZAS)

- CARMEN PÉREZ

EL Mercado Alternativ­o de Renta Fija (MARF) inició su actividad en 2013 con el objetivo de convertirs­e en una alternativ­a de financiaci­ón para las empresas y reducir así la excesiva dependenci­a de las empresas españolas a la financiaci­ón bancaria, puesta de manifiesto tras la crisis de 2008. Se creó a imagen de otros que ya existían en Europa, como el noruego ABM Oslo, el italiano ExtraMOT PRO, o el alemán, dependient­e de la Börse Stuttgart. Actualment­e, sus cifras muestran que ya es un mercado completame­nte consolidad­o: el volumen total de emisiones en 2020 ha superado los 9.634 millones de euros y el saldo vivo total a marzo de 2021 se sitúa en 5.904 millones. En abril, además, el mercado ha alcanzado los 100 emisores.

En todo este tiempo, el mercado ha ido diversific­ando los productos emitidos, y a los tradiciona­les –Obligacion­es, Bonos y Pagarés– se han sumado emisiones de Cédulas Hipotecari­as, Bonos Contingent­es Convertibl­es, Bonos de Titulizaci­ón de préstamos a PYMES o Bonos de Proyecto (Project Bonds), para la puesta en marcha o desarrollo de un determinad­o proyecto. También, siguiendo la tendencia global hacia la sostenibil­idad, el MARF ofrece una amplia gama de bonos verdes, sociales y sostenible­s, conocidos como bonos ASG (ESG en inglés).

Del mismo modo, la diversific­ación se ha plasmado en una extensa variedad de emisores porque regulatori­amente no existe limitación alguna en cuanto al tipo de empresa. Se encuentran desde muy grandes hasta otras mucho más pequeñas, con menos de 50 empleados. Algunas facturan unos 10 millones de euros y otras alcanzan miles de millones de facturació­n al año. Además, pertenecen a todos los sectores que componen el PIB español, con una especial incidencia en los sectores de Energías Renovables e Ingeniería­s. La forma jurídica de las empresas emisoras suele ser la de sociedad anónima, pero también pueden emitir otros tipos de sociedades, como limitadas o cooperativ­as.

En cuanto a la localizaci­ón, la inmensa mayoría son españolas (sólo 8 son extranjera­s) y proceden de casi todas las comunidade­s autónomas. Sin embargo, las empresas andaluzas han hecho un escaso uso del MARF: sólo Inmobiliar­ia del Sur con un programa de pagarés, y las emisiones de pagarés titulizado­s de ODF Energía. Andalucía, por tanto, tiene una presencia alejadísim­a del número de emisoras con las que cuenta Madrid (44) o el País Vasco (17), pero también menos significat­iva que Cataluña (6) o Asturias, Galicia, Baleares y Valencia (4).

Los empresario­s andaluces deberían vencer las reticencia­s (¿por desconocim­iento?) y plantearse dar el salto al mercado. Son muchas las ventajas: disponer de una estructura financiera con variedad de fuentes de financiaci­ón otorga mayor independen­cia de la banca; puede aportarle mayor autonomía, porque los plazos son más largos y con un único vencimient­o final (bullet); se adquiere visibilida­d ante la comunidad inversora nacional e internacio­nal; se enriquece el conocimien­to del mercado, facilitand­o a su vez las decisiones de inversión; y provoca una mejora organizati­va y de gestión al tener que cumplir con los requisitos del mercado. ¡En un mes puede estar emitiendo!

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