El Bicho, bichos y los otros bichos
Si bien la aparición del primer brote del virus tuvo lugar en la localidad china de Wuhan pronto se detectaron numerosos casos en distintas poblaciones de aquel país. El Bicho comenzó a extenderse por medio mundo. En principio se especuló con que la contagiosa enfermedad vírica tenía su origen en una determinada variedad de murciélago siendo transmitida al ser humano. Transcurrido poco más del año, con murciélago o sin él, los datos que arroja la pandemia resultan sobrecogedores, tres millones largos de personas fallecidas. La vacuna, tabla de salvación contra el Bicho.
Arañas, escarabajos, abejorros, cucarachas, escorpiones y un sinfín de insectos vuelven a dejarse ver en los campos con la llegada de la primavera, el alza de las temperaturas y el incremento de las horas de luz solar. Son los coloquialmente denominados bichos. No gozan de nuestra complacencia dado el desagradable aspecto que no pocos de ellos presentan, evitando su proximidad ahuyentándolos. Apenas suscitan simpatía entre la población y sí rechazo. Algunos pudieran considerarse peligrosos. Insectos agrupados globalmente bajo el peyorativo calificativo de bichos.
Con apariencia física normal pero malos a rabiar y sin un corazón que sirva para algo más que bombear la sangre al resto de sus cuerpos. Faltos de sentimientos y con notable dosis de maldad. No hay duda, hablamos de los otros bichos. Comparten presencia callejera con el resto de la sociedad y no precisan calor ni claridad para llevar a cabo sus más indignas fechorías. Ignoro si son delincuentes de tres al cuarto y si el castigo que cumplen por su irresponsable actitud es el merecido pero, a mi juicio, aislarlos por más tiempo del ciudadano juicioso resultaría beneficioso para todos. Son aquellos que a lomos de motocicleta, en ocasiones robada, dan el tirón del bolso a la anciana que camina hacia la tienda, quienes reciben el cariñoso abrazo de la desconocida de turno sin otra intención que sustraerle del cuello la cadena de su Virgen, aquellos que acceden a un piso habitado por viejitos a fin de robarles empleando como ardid adecentarles la casa, quien entra en el portal tras la confiada mujer mayor agrediéndola brutalmente antes de salir huyendo con su bolso, el elevado número de carteristas hurtando, hasta 400 euros como tope diario por cabeza, en el metro de Madrid o quienes roban los triciclos de un colegio infantil quedando los niños desconsolados. Vacuna, rechazo y desalmados o lo que es lo mismo el Bicho, bichos y los otros bichos.