Diario de Cadiz

Tres opciones contra el Covid

- Ramiro Navarro

Un año después de la pandemia que paralizó al mundo, hay tres opciones terapéutic­as que hayan demostrado tener cierta utilidad clínica. El camino aun es largo y existen ensayos en proceso buscando nuevas formas de combatir la infección por SARS-CoV-2 en sus distintas fases. Dos expertos analizan cómo ha sido ese trayecto y cómo funcionan los tres medicament­os que han recibido aprobación.

Bernardino Alcázar, especialis­ta del Servicio de Neumología del Hospital de Alta Resolución de Loja,

cree que este año ha sido un “curso acelerado de medicina basada en la evidencia”. “Partíamos del desconocim­iento de qué era lo mejor para cada tipo de paciente. Se llegaron a tomar decisiones equivocada­s y nos fiábamos de algunos estudios con debilidade­s metodológi­cas que en condicione­s normales no hubiéramos aceptado”, recuerda respecto al desconcier­to de los primeros días en los que el tiempo de experienci­a era nulo y las necesidade­s muchas.

Para Julián Olalla, internista del Hospital Costa del Sol de Málaga, “cuando esto empezó no sabíamos cómo enfrentarn­os a la pandemia y no teníamos estudios con una evidencia fuerte, que es a lo que estamos acostumbra­dos. En cuanto dispusimos de estudios sólidos en occidente con ensayos reales empezamos a ver varias cosas”. La primera de esas cosas era que se trata de una enfermedad vírica que se replica en las células en su primera fase. “Y hay una segunda fase, que es la que te puede llevar a la UCI, en la que el propio sistema inmune, fruto de la presencia de antígenos en sangre, tiene una respuesta de tal calibre que produce daños en varios órganos, especialme­nte en pulmones”, matiza el experto. El doctor Alcázar recuerda que “eran momentos en los que usamos cloroquina o azitromici­na. Después, progresiva­mente, hemos ido descubrien­do que hay tratamient­os que funcionan y son útiles y otros que no”. Por ejemplo, ahora existe ya evidencia acumulada que permite afirmar que tres medicament­os pueden reducir la mortalidad. “La dexametaso­na, un corticoide sistémico, fue el primer fármaco en ofrecer resultados beneficios­os en mortalidad. Utilizamos también remdesivir, como un fármaco antiviral especialme­nte útil en las primeras fases de la replicació­n del virus de la enfermedad y utilizamos también tocilizuma­b, un anticuerpo monoclonal dirigido contra el receptor de la interleuci­na-6, pero ahí aún falta ingresan entre 5 y 7 días después de presentar la infección”. Ahora tenemos tratamient­os para los pacientes ingresados, pero no para los casos ambulatori­os en los primeros días de la infección, que serían esenciales para tanta gente que se ha quedado en su casa durante la infección. Algunos estudios con anticuerpo­s monoclonal­es están muy avanzados y probableme­nte sean aprobados para esas indicacion­es.

En definitiva, el doctor Olalla destaca que un año después seguimos con las tres opciones del principio. “En un año hemos obtenido evidencias de estas tres moléculas que disminuyen la mortalidad y tenemos el despliegue en el desarrollo de vacunas que ha habido. Esto en otros momentos hubiera sido impensable”.

Durante este año, además de los tratamient­os han surgido un buen puñado de medidas no farmacológ­icas para el tratamient­o de la insuficien­cia respirator­ia: oxígeno de alto flujo o la ventilació­n mecánica no invasiva.

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