CINE EN EL VERANO DE LA PANDEMIA
–Lo suyo ha sido un triple salto: ha rodado su primer largometraje, en pandemia y con una producción importante que le garantiza llegar a cines de todo el país. ¿Podríamos usar el calificativo de épico?
–Si no ha sido épico, ha sido algo bastante cercano. Después de 20 años trabajando como profesora en un instituto, me lanzo a pedir una excedencia para rodar. Salí del centro el día 13 de marzo. Un día después, estado de alarma y a casa. Mucha incertidumbre y desasosiego y después, cuando pudimos rodar, también nos tuvimos que adaptar a los protocolos de seguridad. Para nada ha sido fácil.
–¿Rodar con protocolos Covid le ha obligado a muchas renuncias?, ¿ha condicionado el guión inicial?
–El guión no cambió en nada, pudimos rodar todo lo que teníamos previsto antes de la pandemia. Sí cambió la forma de rodar en cuanto a medidas de seguridad, test de antígenos periódicos, uso de mascarillas, medidas de temperatura, limpieza de vestuario y algunos protocolos que ralentizan el rodaje, pero el guión no se cambió.
–¿Qué se encontrarán quienes acudan a los cines a ver La Casa del Caracol a partir
–Una historia llena de misterio, mucha intriga. Hemos intentado cuidar mucho la atmósfera para que el espectador viaje junto a nuestro protagonista, el escritor Antonio Prieto, que decide irse a un pueblo tranquilo para escribir. Allí se encontrará personajes turbadores e inquietantes por los que se sentirá irremediablemente atraído y se convertirán en fuente de inspiración para su nueva novela, pero habrá algo más en ese pueblo extraño que lo atrapará.
Alguien que conoció a la archidonesa Macarena Astorga cuando solo era una adolescente refiere que ya se lo oyó decir: “Algún día haré una película”. Con esa determinación, a pocos de quienes la han seguido (con documentales como
o los cortos
o les sorprende que cumpla su propósito. Su primer largometraje es
rodado en el verano raro de la pandemia. Se estrena el 11 de junio y competirá en la Sección Oficial del Festival de Málaga.
liar, El Refugio. secreto? ¿Cuál es el
–Jajajaja, no sabría decirlo, lo único que he hecho es trabajar y disfrutar de todos los procesos que ha tenido la película. Pese a que muchos han sido complicados, he intentado aprender de cada uno. También es cierto que he tenido la suerte de encontrarme con Álvaro Ariza y María Luisa Gutiérrez, los mejores productores que una directora puede tener. Me han apoyado, me han escuchado, me he sentido en casa, como si nos conociéramos de toda la vida y eso da mucha confianza.
–Y todo esto lo está haciendo casi sin salir de casa. ¿Andalucía, plató de cine?
–Rodar en Andalucía fue una de las decisiones más acertadas que pudimos tomar. Lo tiene todo y más para rodar. De hecho, cada vez hay más producciones que eligen esta tierra para contar sus historias y no me extraña. Además de la diversidad paisajística y las buenas infraestructuras, no nos podemos olvidar de los equipos técnicos tan profesionalizados que tenemos.