¿Por qué no un buen final?
El conjunto amarillo, una vez lograda la permanencia, convierte el pequeño tramo restante de la Liga en los minutos de la basura, sin el más mínimo interés por competir
Con el tiempo lo que quedará para la historia será la excelente temporada 2020/21 que recorrió el Cádiz Club de Fútbol, salvado con tres jornadas de antelación sin haber pisado la zona de descenso en ningún momento. Un éxito incuestionable que poco podían imaginar hace meses.
Una cosa es el balance global, del todo brillante para un modesto recién ascendido con ela base que traría de Segunda A, y otra es el día a día.
Y en ese último apartado es en el que está fallando ahora un equipo amarillo que no quiere saber nada de la Liga desde el pasado 8 de mayo, cuando confirmó de manera matemática la permanencia en Primera División tras vencer al Huesca en casa. Para el Cádiz CF la temporada ha durado 35 jornadas.
La balanza se inclina con claridad hacia la consecución del objetivo, que es lo que cuenta de verdad.
Pesa mucho más la gesta que supone la continuidad en el selecto grupo de la élite, labrada durante 35 partidos en ocho meses, que el desprecio a la competición en dos de los tres capítulos a falta del desarrollo del último.
Pero tampoco se puede ocultar la realidad del presente. El Cádiz CF parece haber olvidado que el aficionado quiere ver competir a su equipo semana a semana, que los profesionales tienen la obligación de defender el escudo con dignidad cuando están sobre el césped. No fue lo que hicieron en Pamplona ante el Osasuna (3-2) y menos aún en el reciente duelo frente al Elche (1-3).
El cuadro ilicitano llevaba tres encuentros seguidos sin ver puerta y había marcado sólo dos goles en las últimas seis citas, hasta que llegó a Carranza para hacer tres tantos. No fue casualidad.
El Cádiz CF pasó de todo, sobre todo en una segunda parte que adquirió tintes sonrojantes. La consistencia, el derroche físico y las ganas no llegaron al césped. Menos mal que no hubo público en Carranza.
Más de un año de espera para poder volver a las gradas para presencias semejante espectáculo no hubiese sido precisamente el retorno más agradable.
Lo habitual era que cuando los amarillos recibían un saco de goles fuese contra rivales de calado.
Cuatro les hizo el Atlético de Madrid en dos ocasiones y una vez el Celta de Vigo, la Real Sociedad y el Athletic de Bilbao. Tres tantos les marcó el Sevilla en cada una de las dos citas y en una el Real Madrid.
Nunca había recibido tres go
El regreso de la afición a Carranza hubiese sido desagradable ante un equipo desganado