“Estamos muy asustados”
● Gaditanos afincados en Ceuta narran cómo están viviendo la crisis en la que está inmersa la ciudad autónoma con la llegada masiva de inmigrantes
“Estamos muy asustados, la cosa está regular. Estamos a verlas venir”, comenta al otro lado del teléfono María, una gaditana afincada en Ceuta desde hace más diez años, después de que el pasado lunes entrasen unos 5.000 inmigrantes marroquíes por los espigones fronterizos.
“No he llevado al niño al colegio, no me atrevo a atravesar la ciudad, de hecho, no salgo de casa desde ayer (por el lunes), pero desde el balcón veo a grupos de 15 o 20 personas juntas, todas sin mascarillas”, relata María, que teme que esta avalancha puede ocasionar un repunte de casos de coronavirus en la ciudad autónoma, donde la tasa de incidencia está actualmente muy controlada. En esos grupos, dice, hay muchos menores no acompañados y también familias completas con niños pequeños.
“Duermen en el suelo, tienden su ropa en mitad de la calle, se pelean entre ellos, buscan comida en la basura... la situación es realmente crítica”, describe. “En la zona centro de la ciudad se vive una relativa normalidad, si bien en las barriadas periféricas la cosa ya se complica”.
María cuenta que en la jornada del lunes se realizó una intensa labor asistencial por parte de Cruz Roja. “El personal estaba desbordado”, asegura, al mismo tiempo que lamenta la nula intervención por parte del Gobierno. “No se actuó con suficiente celeridad”, critica. “Me parece bien que se eliminen las concertinas metálicas, lo que no me parece correcto es que no haya un mayor refuerzo policial, más en unos momentos tan críticos como los que se están viviendo ahora”, concluye.
Y es que en cuestión de pocos días, Ceuta ha pasado de vivir bajo el estado de alarma y con toque de queda a recibir a unos 5.000 inmigrantes que transitan por las calles de la ciudad autónoma en grupos numerosos, sin mascarillas y sin rumbo definido.
“Esta aglomeración humana supone un grave riesgo para la población ceutí, las medidas sanitarias frente al Covid están quedando totalmente de lado”, advierte un médico gaditano que trabaja en Ceuta hace diez años.
Desde la ventana de su consulta en el Hospital Universitario de Ceuta, este especialista observa a unas 200 personas deambulando por las inmediaciones. “Hay niños de 9 y 10 años andando solos por las calles, su propio país los ha puesto en peligro”, afirma.
“Estamos viviendo esta situación sin precedentes con estupor e inquietud. No sabemos qué va a pasar. La incertidumbre es total y, por ahora, la respuesta del Gobierno ha sido la de desplegar al Ejército, cuyos miembros están realizando una labor básicamente presencial. No están identificando a los inmigrantes, ni clasificándolos por edad...”, asegura el especialista.
“¿Qué va a pasar cuando estas personas tengan hambre, frío o sed?”, se pregunta el médico gaditano. “Los inmigrantes mayores de edad están buscando asentamientos donde resguardarse y esconderse para evitar las devoluciones en calientes, devoluciones que, por otra parte, están prohibidas en el caso de los menores de edad”, recuerda el doctor, que apunta que actualmente puede haber unos 1.000 menores en Ceuta.
Esto no es una crisis migratoria”, subraya el médico afincado en Ceuta. “Esto tiene un cariz de invasión. La población ceutí está muy desanimada, se siente desamparada. La gente recordará estos días como algo histórico, aunque desde un punto de vista negativo”, señala.
“Hay algunos ceutíes que aseguran sentirse desprotegidos en
estos momentos”, relata a este periódico Eladio Según López, gaditano también y profesor de Matemáticas en un IES de la ciudad autónoma. “Yo la verdad es que no he tenido miedo ni me he sentido en peligro ni mucho menos atacado”, añade. “Pero a algunos compañeros de aquí se les viene a la cabeza todas esas veces que Marruecos ha reivindicado la ciudad como suya”, apunta.
Eladio asegura que ayer no tuvo problemas para acudir a trabajar a su centro educativo ni para volver a él en moto. Eso sí, la mayoría de los alumnos faltaron a clase. Asegura que no presenció disturbios, pero sí que vio a mucha gente deambulando por la calle, la gran mayoría de nacionalidad marroquí. “Lo que sí que te da mucho apuro es ver a algunos chiquillos entre ellos”, reconoce. “En el cruce del Mercadona de al lado de la frontera sí que ví un carro blindado y a soldados controlando el tráfico”, cuenta, “pero no he visto nada de lo que aparece en esos vídeos virales”.
Tampoco le constaba ayer ningún tipo de aviso o recomendación por parte del Gobierno ceutí ni que se hubiese registrado ningún episodio xenófobo. “Al final, todos los tira y afloja en las relaciones de España y Marruecos se producen entre Rabat y Madrid. Y los principales perjudicados son los ciudadanos, tanto los ceutíes como los propios marroquíes”, reflexiona.
“Allí están haciendo propaganda para que pasen para acá porque la guardia está haciendo la vista gorda en la frontera... están utilizando a sus propios ciudadanos... humanitariamente me parece muy lamentable .... las ONGs están intentando que todo el mundo coma y tenga abrigo por la noche... qué menos”, concluye.
Duermen en el suelo, tienden su ropa en mitad de la calle y buscan comida en la basura”
Hay niños de 9 y 10 años andando solos por la ciudad; su propio país los ha puesto en peligro”
Algunos ceutíes se sienten desprotegidos [...] A mi me parece humanitariamente muy lamentable”