De nuevo La Bernarda
Han transcurrido algo más de cinco años desde que publicara el Diario en su sección de Cartas al Director un escrito, La Bernarda lo titulé, en el que comparaba yo cierta parte de la anatomía de la susodicha moza con diversas circunstancias de un asunto local que a día de hoy no viene al caso. Cortésmente, dado el destinatario del texto y su posible publicación, omití nombrar en mi narración el término empleado coloquialmente para determinar el órgano fisiológico de la mencionada Bernarda, reemplazándolo por otro más respetuoso, cosa que conseguí sustituyendo únicamente la primera consonante del vocablo. Bernarda, hija natural de un rey moro nacida en un pueblecito de las Alpujarras, oficiaba como santera y curandera sirviéndose de su magia para sanar enfermedades. Hay quienes opinan que la santurrona hechicera, ligerita de cascos y vida licenciosa, alternaba su benéfico trajín con determinadas prácticas deshonestas puntualmente atendidas por la libidinosa clientela masculina de la zona. En todo caso y a tenor de lo expuesto, nombrar a la Bernarda nos conduce de inmediato a pensar en cierta parte de su cuerpo; ‘el moño’. Observar un comportamiento equiparable al del encubierto miembro de la referida Bernarda es tomar partido por una actitud caótica, enrevesada y sin orden ni concierto, en resumen un completo desbarajuste.
De un tiempo acá, y particularmente a raíz del inicio de la campaña para las elecciones celebradas en la Comunidad de Madrid hace escasas fechas, los reproches entre Gobierno y demás grupos políticos han ido en progresivo aumento. Múltiples controversias surgidas acerca de la idoneidad de prorrogar el estado de alarma decretada por el presidente señor Sánchez si bien sumidos en la duda de ser uno más de sus habituales embustes con vuelta atrás. Esta medida de la mano de otras, igualmente propuestas por el Ejecutivo, no ha hecho sino sembrar una total incertidumbre en parte del propio Gobierno, comunidades autónomas y ayuntamientos. Un cúmulo de desavenencias y contradicciones entre miembros del poder judicial. Asimismo han mostrado su rechazo una relativa mayoría de partidos políticos. Patata caliente para las comunidades, caos generalizado con múltiples discrepancias y criterios antagónicos en cuanto a toques de queda, ocio nocturno, uso de mascarillas, distancias de seguridad, número de comensales en terrazas e interiores, cierre perimetral, fecha de inmunidad de rebaño y sanciones de difícil cobro. Batiburrillo generalizado y de nuevo La Bernarda.