AIRBUS ENTIERRA LA PLANTA DE PUERTO REAL
AIRBUS no dará marcha atrás y ha confirmado que sólo mantendrá un centro de trabajo en la Bahía de Cádiz. Lo que ni las autoridades locales, ni los agentes económicos y sociales y ni muchos de sus trabajadores sabían es que fueron las propias federaciones de CCOO y UGT, de la mano del Gobierno, las que le abrieron la puerta a la compañía para que enterrara la planta de Puerto Real. Ambos sindicatos, junto al secretario general de Industria, Raúl Blanco, rubricaron una propuesta en la que invitan a la compañía a liquidar la planta puertorrealeña en favor de un solo centro de trabajo, en concreto el CBC de El Puerto, que tendrá que adscribirse a la división comercial de la compañía para unificar la producción y que no se pierdan ni el empleo, ni la carga de trabajo. Lo que no ha trascendido es la opinión del sector aeronáutico de esta provincia
—no se sabe si porque se pactó a sus espaldas— y sobre todo de aquellas autoridades que hasta el lunes confiaban en que Airbus no se cerraría.
El Ejecutivo informó de su plan industrial el mismo lunes, pero ocultó a la opinión pública que el propio Ministerio de Industria abogaba, sin renunciar a ciertas dosis de cinismo, “por la consolidación de los centros de Airbus en Cádiz en un polo industrial de primer orden internacional”. El Gobierno encabeza su propuesta apelando al mantenimiento del empleo, y Airbus sólo hace suya, sin pestañear, la parte que le interesa para anunciar un único “centro de excelencia” para esta provincia. La portentosa inversión del Gobierno para ampliar la extraordinaria planta de Getafe fue inversamente proporcional a su falta de compromiso con esta Bahía. Y lo más frustrante no son sólo los millones con los que contó Airbus en su día para levantar esta planta que ahora se dispone a clausurar, sino que encima el Ejecutivo le premia con la creación de un Centro Aeronáutico Industrial 4.0 a cargo de los Fondos de Recuperación, para tratar de consolar a Puerto Real. Lo que nadie podrá evitar ya es la capacidad tecnológica y de ingeniería que se pierden, así como los daños colaterales a la industria auxiliar, la cadena de suministros, la Universidad y la sociedad en su conjunto.
La portentosa inversión del Gobierno para ampliar la planta de Getafe fue inversamente proporcional a su falta de compromiso con la Bahía de Cádiz