LOS BAÑOS ROMANOS, UN LUGAR PARA EL OCIO
A unos 500 metros del cabo, ya en la playa de Los Caños, justo donde empieza una duna, se levanta un muro que, “según los lugareños”, pertenece a otra factoría de salazones por excavar próximamente y desde la que se avistan los impresionantes baños romanos del siglo I.d.C (época imperial) con tres habitaciones para el baño seco, tipo sauna. Una es la sala fría, otra sala templada y otra caliente, “junto a la que seguro habría una piscina para el baño”, explica Juan José Díaz Rodríguez.
Hasta el momento se han excavado dos habitaciones con paramentos de hasta cuatro metros de altura, y con dobles suelos y doble pared para las cámaras, así como una estancia lateral desde donde emanaba el calor. Eran, por tanto, las habitaciones calefactadas de un circuito termal, explica Eduardo Vijande.
En cuanto a la datación, Juan José Díaz asevera que es posterior a la villa marítima del tómbolo, “que probablemente fue abandonado para trasladarse hasta esta zona”. De hecho, el edificio termal correspondería a un espacio para el ocio y de higiene de los trabajadores de la factoría de salazones, junto al que podría erigirse otra villa romana también por excavar, pues se estima que los restos arqueológicos se extienden a lo largo de más de una hectárea.
Por último, se ha realizado un estudio integral de la Torre de Meca, una fortificación artillada construida por el VII Duque de Medina Sidonia entre 1559 y 1567, junto a otras por el litoral onubense y gaditano para labores de protección y de la conocida industria almadrabera de la casa ducal, frente a los ataques de piratas y corsarios turcos y berberiscos. El trabajo ha sido coordinado por el arqueólogo medievalista Rafael JiménezCamino y ha permitido el estudio gráfico, arqueo-arquitectónico y el levantamiento fotogramétrico de una estructura que apenas ha sido estudiada en detalle.
Este poblamiento diacrónico demuestra “que ésta era una zona enormemente atractiva para todo tipo de civilizaciones y que nos aporta una historia brutal”, dijo al final del recorrido la consejera de Cultura, Patricia del Pozo.