LA PRESBICIA NO SE PUEDE PREVENIR PERO SÍ TIENE SOLUCIÓN
La vista cansada o presbicia, afecta a la mayoría de la población a partir de los 45 años, sin embargo, hoy en día se puede corregir de una forma casi total y de manera definitiva
LA presbicia, más conocida como vista cansada, es uno de los defectos visuales más comunes en las consultas oftalmológicas. Según distintos estudios, entre el 85% y el 95% de la población la sufre a partir de los 45 años, alrededor de más de 17 millones de españoles.
Empezamos a notarlo en actividades cotidianas cuando por ejemplo tenemos dificultades para leer un mensaje en el móvil, una carta de un restaurante o un artículo en el periódico y tenemos que estirar los brazos para alejar y así poder verlo bien. “No es una enfermedad. Se trata de un proceso natural de envejecimiento de una lente que tenemos dentro del ojo llamada cristalino y, por tanto, es inevitable”, explica el doctor Ramón Ruiz Mesa, responsable médico de las clínicas de Andalucía distribuidas entre Cádiz, Sevilla, Málaga, Granada, Almería y Huelva.
No es lo mismo, por tanto, que la fatiga visual que implica un sobreesfuerzo del sistema visual cuando pasamos largos periodos de tiempo mirando en distancias cortas. Y, aún más, en los últimos años donde el uso frecuente de las nuevas tecnologías nos exige cada vez enfocar más horas en distancias cercanas.
Sin embargo, la vista cansada, según aclara el doctor Ruiz Mesa “consiste en un proceso fisiológico en el que nuestro cristalino se vuelve con el tiempo más rígido y pierde su elasticidad natural, lo que se traduce en la pérdida de su capacidad para enfocar los objetos y no hay manera de pasar de la visión de lejos a cerca sin la ayuda de unas gafas”.
Las buenas noticias son que la presbicia sí se puede corregir. Durante los primeros años, cuando la vista cansada puede aumentar, los oftalmólogos apuestan por el uso de gafas para su compensación variando la corrección óptica. “El tratamiento convencional son las gafas de cerca, que si se combina con un problema de lejos, al paciente le ponemos unas gafas progresivas”, indica el doctor Ruiz Mesa.
Más adelante, los pacientes que deseen prescindir de forma definitiva de sus gafas de cerca, pueden optar por un tratamiento quirúrgico corrigiendo simultáneamente la inicial disfunción del cristalino o incluso un incipiente desarrollo de cataratas en el ojo. “Actualmente lo que hacemos en personas con presbicia en donde ya detectamos una alteración de su cristalino es adelantar la cirugía de cataratas, lo que nos permite corregir la vista cansada y si tiene asociado también algún otro defecto refractivo como miopía o hipermetropía”, destaca el doctor como una de las principales ventajas en este tipo de operación.
La catarata, que aparece en un porcentaje muy alto de la población a partir de los 60 años, es la pérdida de la principal característica del cristalino, su transparencia,
Así mismo, y aunque no sea el principal objetivo, “si realizamos una cirugía de presbicia que consiste en la sustitución de esta lente natural del ojo o cristalino, por el implante de una lente intraocular multifocal que nos permita ver bien tanto de cerca como de lejos, evitamos la aparición de las cataratas en un futuro”, según señala el doctor, a la vez, que realizaremos un procedimiento definitivo dado que paralizaríamos la evolución de la presbicia.