Diario de Cadiz

La parroquia que hace ‘coaching’

- Arturo Rivera

“La clave de todo es trabajar con las personas, acompañarl­as”. Así resume Silvio Bueno, párroco de El Buen Pastor, el trabajo que los Sagrados Corazones llevan a cabo con Cáritas y el apoyo de un amplio equipo de voluntario­s en uno de los barrios más pobres y con menos recursos de San Fernando, una zona en la que las consecuenc­ias económicas de la pandemia –era de esperar– se han dejado notar especialme­nte al disparar las cifras de las familias que llaman a sus puertas. Antes del Covid eran unas 90 pero la cifra llegó a superar las 180. “Ahora ha bajado un poco aunque el número varía...”, explica.

Pero allí donde desde hace décadas se habla de pobreza cronificad­a, de familias desestruct­uradas, de desempleo, de economía sumergida, de la ‘salida fácil’ de la droga, este ‘padre blanco’ que ejerce también de coach en el mundo de la empresa y que trabaja con varias consultora­s –sobre todo en temas de educación– prefiere utilizar otros términos: dignidad, formación, autonomía, confianza, proyectos de vida, trabajo... “No esperes a que pase algo que te salve, a que llegue la paguita y te salve... Tú puedes hacer algo para sacar adelante tu vida”, enuncia al resumir en pocas palabras ese trabajo de ‘acompañami­ento’ que pretende otra perspectiv­a.

“Nuestro estilo no es tanto asistencia­lista –aunque las ayudas existen y se dan a quienes las necesitan, claro– sino de promoción de las personas”, aclara. Si tienes, da; si necesitas, pide viene a ser el lema de la parroquia, cita Silvio. Pero sobre todo se trata de apoyar a las personas que llegan en busca de ayuda para sean capaces de dar el paso y puedan valerse por sí mismas. “Muchas veces es solo cuestión de confianza”, apunta. O lo que en ese recorrido de coaching que se hace con las personas al detectar necesidade­s se llama “fortalecim­iento personal”. A medida que participan en el proceso –en la parroquia se imparten cursos y talleres– van adquiriend­o esa seguridad para coger las riendas de su propia vida. “Por eso la pregunta que les hacemos siempre es: tú qué quieres hacer, qué te gustaría hacer, de qué quieres trabajar... Le pedimos que haga su propio proyecto, que diseñe un itinerario... Por supuesto, hablamos de cosas realistas. Y los apoyamos para que salgan adelante, pero solo si verdaderam­ente trabajan en su proyecto. Le decimos que vamos a apoyar ese proyecto pero la persona tiene que lanzarse, tiene que ser su proyecto”, explica Silvio Bueno. “Apoyas una opción ética y de dignidad”, matiza. Y funciona. Poco a poco, admite. Pero da resultados. “Con cuentagota­s, pero la gente va saliendo, va encontrand­o su propio camino”.

Esta forma de trabajar –que en la teoría echa mano de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de

Stephen R. Covey– cristaliza de una manera especial en los talleres que se imparten en la parroquia. Ahora mismo hay dos en marcha aunque han tenido también otros: uno de costura y otro de peluquería. “Y son mujeres del barrio de las que se encargan de esos talleres”, explica. La dinámica no solo aporta formación sino también esa confianza que surge de las relaciones día tras día. “Eso hace mucho también por las relaciones sociales en el barrio”, explica el sacerdote.

De hecho, insiste en ese papel que la parroquia se ha ganado a pulso en este barrio tan complicado. Una vez entraron en las dependenci­as parroquial­es y les robaron el material del taller de peluquería. A los pocos días les devolviero­n todo lo que se habían llevado gracias a la presión que había hecho el barrio. Hay gente que no pisa la iglesia pero a la parroquia se la respeta por ese trabajo que hace para ayudar a las personas.

El caso es que esas técnicas de coaching aplicadas al ámbito parroquial

“De esta forma apoyas una opción ética y de dignidad”, afirma el párroco, Silvio Bueno

no han pasado desapercib­idas. Al taller de costura le encargaron las batas del personal de oncología del hospital de Puerto Real. Luego llegaron otros encargos pequeños... La UCA –explica Silvio Bueno– se ha interesado para hacer un proyecto de economía circular. Y luego está el proyecto de Cádiz Inserta, que es una empresa emanada de Cáritas Diocesana, que trabaja reciclando la ropa usada que se deja en los contenedor­es. Es lo que ha dado pie a otro proyecto –Cádiz Crea– que marcha viento en popa y que pasa por tratar por esa ropa que se recoge en talleres como el de El Buen Pastor. “Va más deprisa de lo que pensaba”, apunta Silvio Bueno.

“En este proyecto conf luimos la Universida­d, la Diócesis y nosotros... Y hasta se han interesado algunas tiendas de ropa que querrían tanto ropa reciclada como ropa rehecha completame­nte o completame­ntos de ropa”, afirma.

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D.C. Dependenci­as parroquial­es del Buen Pastor. Al fondo, el párroco, Silvio Bueno.

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