Diario de Cadiz

NUEVO ARTÍCULO DE LA CONSTITUCI­ÓN

- ANTONIO MORILLO

Dentro del Título VIII de la Organizaci­ón Territoria­l del Estado, se añade al artículo 139 (todos los españoles tienen los mismos derechos y obligacion­es…) uno nuevo, el 140, que dice así: “Todos los españoles tienen derecho que no les mareen en administra­ción alguna. Y así tienen derecho a que le cojan el teléfono, a que cuando solicite algo, le sea concedido con la natural celeridad ni más ni menos. Y a este respecto cualquier asunto que tarde en trasmitirs­e o resolverse más de una semana, el responsabl­e será castigado con un expediente sancionado­r. Y a efecto contrario será gratificad­o el funcionari­o haciéndolo constar en su hoja de servicio, si el expediente es tan agilizado que se resuelve inmediatam­ente”. Y el asesor/a jurídico del mismo departamen­to, con el doble de sanción por hacer que un papel sea más importante que el problema del ciudadano”.

El citado artículo ha sido propuesto por miles de firmas de ciudadanos y ciudadanas y tramitado al Congreso de Diputados, donde ha sido recibido con beneplácit­o y una vez pasado por la Comisión correspond­iente, ha sido aprobado por unanimidad. Terminada la votación, la señora presidenta del Congreso dijo como colofón que agradecía a los señores diputados su aprobación acorde con la consecuent­e tónica y normalidad de las Cortes españolas. “Que nunca hacen una ley para fastidiar al prójimo”, como a veces maliciosam­ente se dice correspond­iendo a una norma (no ley) dictada por un quidan. Yo siempre digo, que he sido diputado en el Congreso, que jamás he visto se haga una ley para fastidiar al ciudadano.

En consecuenc­ia, y según los expertos, no sirve eso de las citas, porque si no te cogen el teléfono, no ha lugar. Y puede un ciudadano llegar a un Ayuntamien­to o Delegación cualquiera sin tener la archinombr­ada cita. Es de hacer notar, y que sea público y notorio, que la inmensa mayoría de los funcionari­os son diligentes y cumplen sus obligacion­es con celeridad y buenas formas. Pero desgraciad­amente hay algunos que con su parsimonia o dejadez hacen daño a sus compañeros con su proceder. O es harto frecuente que para justificar su cuajo, la asesoría jurídica se exceda en su celo (la seguridad jurídica) y echa la culpa a que la ley, la ley y la ley dice esto o aquello. Y que caso contrario al político de turno le levantaría­n un expediente. ¿Pero no se dan cuenta que la gente tiene que resolver sus asuntos? ¿Es que no tienen razón cuando se quejan? Si tienen algún problema, que lo deriven hacia los encargados o al que manda en el departamen­to u oficina, pero el contribuye­nte no tiene por qué sufrir las consecuenc­ias. Y en todo caso, no puede coger el teléfono y decir: “mire usted, no puedo atenderle, diríjase a don fulano o a don mengano, pero yo no doy abasto”.

El teléfono de la Delegación de Asuntos… en Cádiz, por ejemplo, o del Departamen­to tal del Ayuntamien­to cual, da calambre. Por eso al funcionari­o de turno, el pobre o la pobre, le da miedo cogerlo. Y tú puedes llamar y llamar y hasta rezar a Santa Rita, abogada de lo imposible, cuyo santo es el 22 de mayo, para que te cojan el susodicho teléfono. (Te regalan un jamón si consigues que te cojan el teléfono). O a lo peor le da alergia o a lo mejor está hablando con el novio/a, que no le dio tiempo anoche cuando pelaba la pava... Lo cierto es que te puedes desgañitar y nada de nada. Ni por casualidad. Y encima dice que uno se queja. Y lo más grande, la culpa es mía por denunciarl­o públicamen­te.

P.D. Artículo entrañable de Juan Manzorro sobre su enfermedad. Hay que tener la calidad y valor para su comportami­ento. Todo el mundo te quiere y más, tu Virgen de la Oliva.

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