Rabat evita referirse a la comparecencia de Gali ante el juez de la Audiencia Nacional
Marruecos evitó ayer referirse a la primera comparecencia telemática del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, desde el Hospital San Pedro de Logroño, donde hasta anoche se recupera de un caso agravado de Covid-19.
Dos ministros marroquíes, el de Exteriores, Naser Burita, y el de Interior, Abdeluafi Laftit, citaron ayer a la prensa extranjera en la sede de Exteriores, pero se refirieron únicamente al caso de los menores no acompañados en distintos países europeos, por primera vez en tres semanas, para decir que el rey Mohamed VI había ordenado que se facilitara su vuelta a Marruecos.
Fuentes diplomáticas marroquíes dijeron ayer a Efe que la larga declaración emitida el lunes por el Ministerio de Exteriores sigue siendo válida tras lo sucedido ayer en la Audiencia Nacional: en ella, el departamento consideraba que la propia comparecencia de Gali “es ciertamente una evolución de la que Marruecos toma nota”, aunque “no constituye el fondo de la crisis” entre Marruecos y España.
Contrasta con este silencio marroquí el comunicado que emitió ayer la Presidencia Saharaui a través de su agencia de prensa SPS, en el que destacaba esta “decisión (de Gali) de cooperar positiva y plenamente con el Poder Judicial”, y añadía que servirá para “exponer la naturaleza del uso de la falsedad, la falsificación, el engaño y el fraude detrás de la acusación promovida por el aparato del estado de ocupación.”
La SPS alude de este modo a que es Marruecos el que está detrás de las denuncias a Gali, presentadas por el ciudadano hispanosaharaui Fadel Breica y por la Asociación Saharaui de Defensa de los Derechos Humanos, una asociación basada en Canarias que reclama la responsabilidad de Gali en el maltrato sufrido en Tinduf “por los prisioneros de guerra” y por ciudadanos saharauis, “especialmente por los de origen español”.