El Likud de Netanyahu fracasa en su intento de torpedear un posible Gobierno de coalición
Una asesora legal de la Presidencia israelí rechazó ayer la petición del partido de Benjamin Netanyahu, Likud, contra la posibilidad de que el ultranacionalista Naftali Benet ocupe el primer turno de la jefatura de Gobierno en un Ejecutivo de rotación con el centrista Yair Lapid, actual líder de la oposición.
“El miembro de la Kneset (Parlamento israelí) encargado de formar un Gobierno puede servir como primer ministro suplente en el primer período (antes del cambio), en virtud del párrafo 13 A de la Ley Básica”, comunicó ayer la Presidencia.
Después del fracaso de Netanyahu en un primer intento, Lapid –como cabeza de la segunda lista más votada en marzo– tiene un mandato para formar Ejecutivo que expira esta medianoche.
Según las negociaciones para la formación de ese Gobierno, Lapid habría llegado a un acuerdo de rotación con Benet, quien ocuparía el cargo de primer ministro los dos primeros años, seguido después del diputado centrista.
El abogado del centroderechista Likud cuestionó este supuesto pero la asesora legal de Presidencia, Udit Corinaldi-Sirkis, validó ayer este tipo de acuerdo para formar un Ejecutivo de coalición.
Las negociaciones continuaban ayer pero, según los medios, Lapid podría informar en cualquier momento al presidente de Israel, Reuven Rivlin, de que tiene garantizada la creación de un Ejecutivo, tras lo que contaría con una semana para terminar de darle forma y designar a sus ministros.
El Ejecutivo de coalición que sacaría a Netanyahu del poder tras 15 años –12 de ellos de forma consecutiva– está compuesto por un diverso bloque de partidos –desde la izquierda a la extrema derecha– que contaría con el apoyo externo de la lista islamista, Raam, algo insólito hasta la fecha en Israel.