Ecosistemas esenciales para una economía sin emisiones
En Iberdrola conviven compromisos como alcanzar la neutralidad en carbono en Europa en 2030 y lograr plantar 20 millones de árboles para ese mismo año
ENERGÍAS renovables, vertebración del territorio y protección de la biodiversidad. Estas son las claves de la economía verde para combatir no solo el cambio climático, sino también para promover una sociedad más sostenible, competitiva y resiliente.
Hace dos décadas, Iberdrola emprendió una estrategia de crecimiento sostenible, apostando por las energías renovables. De esta forma, la naturaleza se convirtió en su aliada, aportando recursos como el viento, el sol y el agua, que mueven aerogeneradores en tierra y en el mar, alimentan proyectos fotovoltaicos y activan centrales hidroeléctricas para la producción de energía limpia, libre de emisiones. En 2020, solo en España, la energía eólica generada en nuestro país evitó expulsar 29 millones de toneladas de C02 a la atmósfera; una cifra mucho mayor que la que proporciona la masa forestal que ocupan los parques con la captura de carbono.
Desde 2001, la compañía ha invertido 120.000 millones de euros en una revolución energética que impulsa la descarbonización de nuestra economía, promueve el desarrollo socio económico de las comunidades donde opera y, además, convive con ecosistemas naturales. Esta apuesta se ha redoblado con un plan de inversiones, que está ya reactivando la industria y el empleo, al que destinará 75.000 millones de euros a 2025, que serán 150.000 millones de euros a 2030. La casi totalidad de este esfuerzo inversor se dedicará al despliegue de proyectos renovables y redes inteligentes, infraestructuras claves para transitar hacia una economía carbono cero.
Esta estrategia permitirá a la compañía reducir sus emisiones de dióxido de carbono, que en la actualidad son dos tercios inferiores a las de sus competidores. En 2030, la compañía será neutra en carbono en Europa y, en 2050, a nivel global.
CERO PÉRDIDA NETA DE BIODIVERSIDAD
Consciente de que frenar la pérdida de biodiversidad es también clave para combatir el cambio climático, Iberdrola prioriza en sus actuaciones la preservación
La compañía ha invertido 120.000 millones de euros desde 2001 en una revolución energética
de los ecosistemas sanos, realizando más de 750 acciones de protección de la biodiversidad al año en el mundo, combinando la instalación de proyectos renovables con la conservación de la diversidad biológica de los ecosistemas y cuidando flora, fauna y patrimonio natural. Su ambición en este ámbito le ha llevado a fijarse un objetivo con el que acelerar este compromiso y sus hechos: alcanzar la cero pérdida neta de biodiversidad en 2030.
En cada proyecto renovable, la compañía aplica la jerarquía de mitigación (evitar, minimizar, remediar y como última opción compensar) en los procesos de evaluación de impacto ambiental que realiza para sus proyectos. En estos se analizan las alternativas para evitar la localización de nuevas infraestructuras en áreas protegidas o en aquellas con alto valor en biodiversidad sin figura de protección y, además, introduce buenas prácticas ambientales con un enfoque y una metodología sistemáticos. Estas actuaciones son apoyadas y contrastadas por expertos independientes.
En colaboración con la Universidad de Salamanca, por ejemplo, estudia la interacción del buitre leonado con parques eólicos en la provincia de Albacete y, a través del proyecto Monachus, analiza la recuperación del buitre negro en el sistema Ibérico. Otras investigaciones están relacionadas con el águila real, águila imperial, quebrantahuesos y lince ibérico, entre otros.
Asimismo, a través de su Fundación en España y en alianza con SEO/BirdLife, Iberdrola desarrolla una campaña de salvamento de aves agroesteparias en Extremadura. El proyecto analiza y valora actuaciones para reducir las causas que están incidiendo sobre estas poblaciones de aves en la región, como la avutarda común, el sisón común y el aguilucho cenizo.
Varios estudios sobre la incidencia de los proyectos renovables en el entorno han sido recogidos en informes, como
Opportunities to enhance pollinator biodiversity in solar parks, que explica que los parques solares pueden ayudar a restaurar las condiciones ideales para los hábitats de los polinizadores; o, por ejemplo, que el sombreado parcial los parques solares crea un microclima que favorece el crecimiento abundante de flores y polinizadores más variados, aumentando así los recursos de forraje para los polinizadores durante la estación cálida y seca.
REFORESTAR CON 20 MILLONES DE ÁRBOLES
Otra de las herramientas activadas por Iberdrola para alcanzar sus metas sostenibles de forma integral está dirigida a la reforestación y, para ello, la compañía ha puesto en marcha su Programa Árboles, que le llevará a plantar 20 millones de árboles hasta el final de la década, con los que podrá capturar aproximadamente seis millones de toneladas de CO2. Antes, habrá plantado 2,5 millones a 2022 y 8 millones de árboles 2025.
La iniciativa, que arranca en España, en las comunidades autónomas de Castilla y León, Valencia, Castilla La Mancha y Extremadura, ya se ha iniciado en el Campus de Innovación y Formación de Iberdrola, en San Agustín del Guadalix (Madrid), con la reforestación de 3,3 hectáreas con 2.040 ejemplares de encina, enebro, pino piñonero, freno y rebollo, además de 1.600 plantas arbustivas.
Este proyecto sostenible será ayudado por la innovación y la tecnología para hacerlo mucho más eficiente y buena parte de esos nuevos árboles se plantarán con semillas pregerminadas e inteligentes, lanzadas por un dron –desarrollado por la CO2 Revolution–, con el objetivo de reforestar grandes extensiones de terreno con especies autóctonas en un tiempo récord.
El Programa Árboles se articula en tres ramas: la conservación del patrimonio natural, para mitigar y compensar los hábitats impactados por la puesta en marcha de nuevas infraestructuras; la investigación y la sensibilización, a través del Programa de Voluntariado de la empresa y del respaldo a proyectos de I+D; y la regeneración y creación de valor natural, para revertir la pérdida de masa forestal, mediante la promoción de iniciativas que permitirán la plantación en terrenos propios o de terceros. Este último ámbito es en el que el uso de drones se convertirá en una herramienta clave.