Fallece el histórico administrador de fincas Emilio Trigueros Serrano
El ex presidente del Gobierno Felipe González dijo hace poco que “cuando muere un anciano, una biblioteca arde”. Esta frase cobra toda su dimensión cuando nos referimos a Emilio Trigueros Serrano, el histórico administrador de fincas que ha fallecido en la madrugada del sábado a los 78 años de edad. Como asegura uno de sus dos hijos, Emilio Alberto, con su muerte “parte de múltiples anécdotas e historia reciente de nuestro querido Cádiz ha desaparecido”.
Emilio Trigueros ha muerto tras una enfermedad rápida que según aseguran sus seres queridos, “ha afrontado con gran valentía y, sobre todo, con humor, y donde ha consolado a todo el que tenía a su alrededor”.
Trabajador infatigable, Emilio Trigueros ha estado al pie del cañón hasta última hora en su despacho de la plaza de Mina, donde también tenía su domicilio familiar, del que se enorgullecía especialmente. No en vano, fue la casa natal del músico Manuel de Falla y en ella también vivió durante un tiempo el pintor Francisco Prieto. Trigueros intentó durante muchos años honrar la memoria del músico de ‘El amor Brujo’ con toda clase de iniciativas.
Emilio Trigueros era un hombre muy religioso y tenía mucha relación con las monjas concepcionistas de Argüelles, a las que les prestaba todo su apoyo.
Aunque confesó en una entrevista a este periódico hace un par de años que le hubiera gustado ser psiquiatra, desde muy joven se hizo cargo del negocio familiar y fue aprendiendo un oficio en el que también dejó su huella. No en vano fue uno de los fundadores hace más de 50 años del Colegio de Administradores de Fincas de Cádiz.
A él le gustaba decir que era “un solucionador de problemas” y siempre trató de buscar el encuentro más que el conflicto en todos los órdenes de la vida. De hecho, decía que con muchos de sus clientes tenía una relación casi familiar.
Era un hombre con una filosofía de vida muy peculiar: “he sido autodidacta, he tenido un aprendizaje constante de la vida y la profesión obedeciendo a mi brújula interior y con la custodia de mi ángel de la guarda que ha hecho que continúe hasta el día de hoy”.
También va a dejar huérfana las tertulias que le gustaba tener con gaditanos de toda la vida, con los que compartían multitud de anécdotas y vivencias.
Emilio Trigueros falleció de madrugada, rodeado de sus seres queridos, dejando un autentico testimonio de vida, de fe ,y sobre todo, de familia.
Se ha despedido de esta vida, como él mismo ha dicho, “feliz y con mucha paz”, con la conciencia tranquila y teniendo la satisfacción de su deber cumplido en el plano familiar, humano y profesional, trabajando casi hasta el último día y habiéndose despedido de los compañeros de la junta de gobierno de su querido colegio de administradores de fincas.
Emilio ha sido una persona que ha protegido a todo el que tenía a su alrededor, lo cual se ha reflejado en las innumerables muestras de cariño que han recibido tanto él mismo como su familia en estos difíciles momentos. En esa familia a la que adoraba está su compañera y esposa, Leticia López Cotelo y sus dos hijos, Alberto Emilio y Emilio Alberto.
La plaza de Mina era su territorio y ésta, desde ayer, es un poco distinta sin Emilio. Descanse en paz.