“Frente a la soledad impuesta, respuesta solidaria y compartida”
Gratitud La sociedad entendió que debían cuidar a los que los cuidaban ya que peligraban sus vidas
LA crisis sanitaria provocada por el coronavirus lleva golpeando la vida de las personas más de un año. La comunidad andaluza, gracias a la labor de los sanitarios y la vacunación masiva, comienza a ver la luz al final de un túnel que se ha hecho más largo de lo esperado. Aunque la realidad invita a ser optimistas, las personas deben recordar los momentos más duros vividos para no cometer errores futuros que nos hagan retroceder los pasos que con tanto esfuerzo hemos dado. Para ello, este diario ha hablado con el doctor José Antonio Trujillo, médico en Hospital Quironsalud Málaga, directivo del Colegio de Médicos de Málaga y director Técnico de la ONG Bisturí Solidario. –Parece que con la llegada de la vacuna y su distribución masiva, la pandemia puede estar llegando a su fin. Aun así, no debemos relajar las medidas de protección y sanitarias, ¿verdad?
–La vacuna es parte de la solución a la pandemia, aunque no la única. Todos confiamos en sus beneficios. Debe existir una estrategia global que integre la prevención, el tratamiento y la rehabilitación frente a los desafíos de este virus. –Marzo del año pasado, un mes en el que todo explota y no se sabía muy bien a lo que nos enfrentábamos, ¿cómo lo recuerda?
–Marzo fue un mes robado, como el abril de Joaquín Sabina. Nos asomamos a un precipicio y no sabíamos si íbamos a ser capaces de aguantar en el borde. El miedo fue el primer protagonista, pero después se impuso afortunadamente el compromiso de tantos para enfrentarnos con determinación a esta terrible pandemia. –¿Cómo era el día a día en el Colegio de Médicos o en ‘Bisturí Solidario’ en los momentos más duros de la pandemia?
–Desde el minuto uno pusimos toda nuestra capacidad en el Colegio de Médicos para articular una respuesta común que facilitara el trabajo con garantías a los médicos para luchar frente al virus. En Bisturí Solidario nos reinventamos y organizamos la campaña #ObjetivoMálaga . En quince días gracias a la participación desinteresada de 700 donantes (particulares y entidades privadas) reunimos más de 78.000 euros. Compramos casi 30.000 unidades de material de protección individual frente al coronavirus. Llevamos este material a 12 organismos: Delegación de Salud de la Junta de Andalucía, 061, Colegio Oficial de Médicos de Málaga, Autismo
Málaga, Policía Nacional, Bomberos, Málaga, Ayuntamiento Guardia Civil, de Residencias Polícia Nacional, de Mayores entre otros. –Supongo que aún recordará a millones de personas aplaudiendo desde los balcones de sus casas para premiar la labor de los sanitarios pero, ¿se han sentido solos en algún momento?
–La sociedad entendió que debían cuidar a los que los cuidaban ya que estaban poniendo en peligro sus vidas. Nunca olvidaremos esas muestras de gratitud. –La labor del sector sanitario ha sido descomunal, y aún lo sigue siendo. En el ámbito familiar, tras una jornada laboral, ¿sentía miedo por los suyos? ¿Cómo era llegar a casa?
–Nuestras familias fueron y siguen siendo nuestro sostén, nuestro refugio. Intentamos siempre protegerlos, aminorar sus miedos, y dotar de sentido a su generosidad con nosotros. Nos sentimos unos afortunados porque entendieron perfectamente nuestro sacrificio y entrega.
–¿Cuál ha sido el momento más duro que ha vivido a lo largo de este año largo que llevamos de crisis sanitaria?
–La muerte de mi padre. Vivía en una residencia de mayores, durante meses luchó de forma denodada frente al virus con todo tipo de privaciones. No murió por Covid-19 pero sí en este contexto tan complicado de restricciones por la pandemia. Su ejemplo siempre me acompañará en mi vida. Estamos en deuda como sociedad con el gran sacrificio de nuestros mayores.
–Por último y aunque sea difícil, ¿es capaz de sacar algo positivo de esta situación que les ha tocado vivir tan de cerca?
–Frente a la soledad impuesta por el virus, nuestra respuesta siempre fue solidaria y compartida. Necesitamos explicar a los más jóvenes que las victorias nunca son individuales, sino que se deben al esfuerzo generoso y compartido de muchos.