MITAD Y PLAYA
Tengo un hijo que siempre viene y me dice que Patricia ha hecho algo nuevo, algo bueno. Habla de la alcaldesa con familiaridad y afecto, dice Patricia tal y Patricia cual. Está a favor pero sobre todo señala lo que piensa que está haciendo bien, no es una persona negativa ni entra en otras historias. Mira y me lo dice. Cuando lo vea luego voy a comentarle que ya lleva dos años al mando del timón de la ciudad (en la etapa sin andalucistas) y que he visto fotos de la playa de Camposoto como si fueran fuegos artificiales. No soy muy de playa pero la verdad es que de aquella playa que se “conquistó” a esta de las fotos de sus nuevos equipamientos hay un abismo. ¿Qué nos falta? Está muy claro: lo que no se puede hacer porque hay enfrente un parque natural y un terreno dedicado a la Defensa nacional, un terreno realmente importante. Chiclana –inevitable lugar de comparación– pudo relanzar sus pinares con grandes hoteles dentro, campos de golf y centenares de viviendas adosadas. En Cádiz la playa es como la puerta de sus casas. Conil es una eclosión con un urbanismo que era un desastre pero que se va corrigiendo cada vez. Es la misma playa, la misma. El mismo mar. A La Isla le ha tocado ser la playa virgen por lo ya dicho. Entonces la generación de riqueza está más en las otras playas, inevitablemente. Y –no hay mal que por bien no venga– Camposoto es la playa de la ciudad, como una Caleta gaditana más larga, varios kilómetros de arenas hasta la Punta del Boquerón, el enclave más bello, quizás, de todo el litoral.
Coincide este engalanamiento de Camposoto con el ecuador del mandato de Patricia Cavada, que dirían las viejas crónicas. Han pasado dos años del triunfo de la abogada socialista y de su acuerdo con Ciudadanos, su ruptura con los andalucistas, con los que había gobernado –es un decir– el anterior cuatrienio, sin mucha felicidad. Ciudadanos, que ha visto en estos dos años su gran declive nacional, casi su implosión, han dado a San Fernando un modo de hacer política distinto al andalucismo. Son más discretos y, probablemente, más leales. Por eso lo que viene, lo que resta para el nuevo domingo electoral, va a ser –políticamente– muy interesante. Porque la ciudad va a volver, sobre todo, a la gestión. Al municipalismo puro y duro. O sea, más calles arregladas; más limpieza; más todo lo bueno que se pueda. Es lo que suele ver mi hijo y me lo refiere siempre. Un entrar en todos los frentes e ir haciendo, empezar a mover la ciudad hacia un lugar merecido en donde no nos roben la Caja Municipal ni ocurran todas las desgracias que nos sucedieron en el pasado. Interesantísimo el desenlace que puede ocurrir.
Coincide este engalanamiento de Camposoto con el ecuador del mandato