A Fernando Santiago
Intentando ser lo más conciso posible, y sin ánimo de dar lecciones a nadie, manifiesto mi opinión sobre lo que entendemos por periodismo: que es informar, también opinar o analizar y muchas cosas más. Pero considero que periodismo no es lo que vengo leyendo, incluso sin quererlo, semana tras semana en la columna ‘Con la Venia’, de Fernando Santiago. Aunque muchas veces he tenido intención de hacer lo que ahora hago, lo del pasado día 3 de junio, me mueve de una vez a manifestarme.
Para repetir que el edificio de la Aduana es un bodrio, aunque sea antieconómico y absurdo tirarlo, en una ciudad que carece de muchas cosas, en modo alguno hace falta adobarlo con comentarios tan estúpidos e injustificados como “Papitas en el muelle, la alimentadora de palomas y el candidato a todo”... “Nefastos tiempos de... hoy alejado del partido cuando ya no tiene cargo del que cobrar”. Y más aún cuando en estos calificativos, en el contexto, cualquier persona de Cádiz reconoce a un dignísimo abogado, con muchos años de ejercicio, y que pudo ser alcalde de Cádiz; a una persona -muy querida por mí, por cierto-, que ha participado muy activamente en la vida ciudadana y política de esta ciudad; y a un conocido arquitecto y magnífico funcionario. Y a un político como Cabañas, durante muchos años alcalde de Benalup, cuando por todos es sabido que a un pueblo es muy difícil mantenerlo engañado mandato tras mandato, y que hoy está jubilado, porque le llegó el momento, como enseñante y funcionario que es, y no porque no tenga donde cobrar.
No es casualidad que en la misma página, junto al ‘Tridente Aduanero’, del que me quejo, se publique una carta bajo el título de ‘El Club de los arrepentidos ilustrados’, cuya lectura merece la pena.
Esto, de lo que me quejo, no se ve en el resto de colaboraciones, en donde leo opiniones, análisis y muchas más cosas, pero siempre respetuosos, comentando, analizando y aportando algo. Alfonso del Castillo Gámez (Cádiz)