Moore resucita a un moribundo
Kieffer Moore, con un gol para Gales en el tramo final del partido ante Suiza (1-1), oscureció el debut del cuadro helvético, vistoso hasta la última media hora y castigado tras ceder terreno después del tanto de Embolo que adelantó a los hombres de Vladimir Petkovic.
El fútbol fue algo injusto con Suiza, que durante casi todo el encuentro llevó las riendas de un encuentro en el que se vio las caras con la sorpresa agradable de Francia 2016. Gales, semifinalista en la pasada edición, inició la Eurocopa ilusionada pero con el nombre de Bale demasiado acaparador en todos los medios.
El todavía jugador del Real Madrid no cumplió las expectativas. Con Gales se transforma y se esperaba que en el Estadio Olímpico de Bakú dejara atrás su imagen irregular del curso en el Tottenham para dar un golpe encima de la mesa.
Salió indemne antes del descanso porque a Suiza le faltó puntería. El combinado helvético pudo marcar con un taconazo magnífico de Schär que despejó Ward y con tres disparos de Seferovic que se fueron a las nubes. El último, clarísimo, al borde del descanso, marcó el inicio de la exhibición de Embolo, que con un gran movimiento dentro del área provocó una ocasión clarísima que desaprovechó su compañero.
El hambre de Embolo no se frenó en el vestuario. Saltó al césped desatado, poderoso, fuerte e imparable. Con una confianza terrible encaró rivales en cada ocasión que pudo. Y, en una de ellas, obligó a Ward a mandar la pelota a un córner que después fue gol. Él mismo cabeceó el lanzamiento de Shaqiri e hizo justicia en el marcador. Suiza merecía el triunfo, pero Gales igualó.