Diario de Cadiz

La ex presidenta dejará de ser secretaria general del partido

● Díaz se pone a disposició­n del ganador y no se presentará al congreso regional, pero se resiste a los cambios inminentes

- Carlos Rocha

Susana Díaz no optará a seguir siendo secretaria general del PSOE andaluz cuando se celebre el Congreso, fijado ahora mismo para octubre. La ex presidenta de la Junta lo anunció ayer en la sede regional del PSOE, en la calle San Vicente. “Doy un paso al lado, no voy a estorbar en absoluto”, afirmó, pero rechazó una dimisión inmediata. La ex jefa del Gobierno autonómico quiere seguir al frente del partido durante “un proceso transitori­o”, pero reconoció que será Juan Espadas quien establezca las directrice­s en el PSOE andaluz desde hoy mismo.

“Yo entiendo así el partido”, dijo Díaz, que aseguró que, si el ganador de las primarias se lo pide, “le dará su opinión”. “Y si no, a arrimar el hombro”, espetó la todavía líder del PSOE andaluz. Cosa distinta es que en Ferraz y en La Moncloa estén por la labor de permitirle que tutele la transición, algo que no parece posible a tenor de las declaracio­nes tajantes que Espadas hizo justo después de ella.

“Yo no me voy a jubilar de socialista en la vida, es mi pasión, mi manera de estar en el mundo”, recalcó Díaz cuestionad­a sobre una posible retirada de la política activa. No aclaró si hará cambios inmediatos en el grupo parlamenta­rio, aunque sí insistió en que Espadas va a contar con su apoyo. “Tendrá mi colaboraci­ón absoluta y plena”, remachó antes de garantizar que le pedirá lo mismo a sus afines.

Díaz agradeció el cariño recibido en los últimos días en lo que calificó como “un campañón” y defendió que el objetivo ahora es “remar todos a una para recuperar el Gobierno” de Andalucía. “Como una más, curraré y haré lo que esté en mi mano para ayudar”, reiteró, para después asegurar que va a ser “leal” a Pedro Sánchez porque “soy leal al PSOE”.

La derrota que se confirmó sobre las diez de la noche comenzó a barruntars­e con el goteo de resultados favorables a Juan Espadas, que comenzó casi con el cierre de las urnas. Era innegable que en esa difusión de éxitos del alcalde de Sevilla había algo tóxico. Del lado de Díaz no llegaba tanta informació­n, pero cuando ya había pasado casi una hora del cierre de las agrupacion­es socialista­s de Andalucía, el equipo de Susana Díaz confirmó que la situación era muy complicada para la ex presidenta. Los mensajes positivos en las camisetas que ha paseado por toda Andalucía no han calado en la militancia del PSOE andaluz, que ha optado por el cambio. Por momentos, logró convencer a los suyos, a varios de los otros y a la opinión pública de que había partido, que las elecciones internas estaban “en un pañuelo”.

No hubo remontada, como ella misma pedía en su enseña del sábado, el último día de campaña. “Haz que pase”, rezaba su camiseta en La Carlota, Peñarroya-Pueblonuev­o y Pozoblanco. Díaz no logró forzar la segunda vuelta el próximo domingo al quedarse con el 38% de los votos emitidos. La secretaria general del PSOE cerró así un camino de derrotas que empezó en otras primarias, las de mayo de 2017. Entonces fue Pedro Sánchez quien, con la vitola del defenestra­do, logró imponerse a la entonces todopodero­sa presidenta de la Junta.

Díaz intentó convencer a todo el que la oía de que ella no era ahora la candidata del aparato, sino de la militancia. Que tenía un plan para volver a la Junta de Andalucía y resarcirse así de esa segunda derrota que la condujo a la caída de ayer. Lo de 2018 no fue una derrota, como insiste la ex presidenta. Ella ganó las elecciones, pero PP, Ciudadanos y Vox lograron la mayoría, entre otras cosas, gracias a una abstención mayúscula entre los votantes socialista­s. El consenso es que fueron 400.000 los apoyos perdidos, algo que pudo comprobars­e poco después, cuando el PSOE, con Pedro Sánchez como cabeza de cartel, recuperó el millón y medio de votos para el partido del puño y la rosa en Andalucía.

Sánchez tendría difícil repetir hoy ese resultado de abril de 2019 y es por eso que la derrota de Susana se ve como una victoria para el presidente del Gobierno. El líder del PSOE viene de cometer un error no forzado con la maniobra que empezó fallida en Murcia y acabó aún peor en Madrid. Esa misma semana Ferraz convocó las primarias contra la voluntad de Díaz. El objetivo de Sánchez y su equipo era tomar aire en Andalucía y, un mes después, se puede decir que lo ha logrado. Después de ocho años dirigiendo el PSOE, cinco de ellos como presidenta de la Junta, Susana Díaz sufrió ayer la derrota que puede ser definitiva.

La campaña de Díaz, muy optimista, hizo dudar a muchos sobre la primacía de Espadas

 ?? ANTONIO PIZARRO ?? Susana Díaz, acompañada de sus principale­s colaborado­res, ayer a su llegada a la sede regional del PSOE, en Sevilla.
ANTONIO PIZARRO Susana Díaz, acompañada de sus principale­s colaborado­res, ayer a su llegada a la sede regional del PSOE, en Sevilla.

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