Ratos libres “cebolleando”, de barbacoa o de cine en cubierta
Una psicóloga se ha incorporado al equipo médico de a bordo para dar apoyo a la dotación
El whatsapp se ha convertido en uno de los grandes aliados de la tripulación del buque
Tenían que luchar contra enemigos imaginarios y prepararse para una potencial intervención por mar en el caso de que a España o a algún país aliado le hiciera falta su apoyo. Pero sí luchaban cada día contra dos grandes enemigos, el miedo al covid y el aburrimiento.
Es duro, según el coronel de Intendencia y jefe de prensa de la Flota, Manuel Pérez, y el brigada Óscar Quiñones, llegar a un puerto en una vuelta al mundo y no poderse bajar del buque para conocer el destino.
“Los días se les han hecho interminables”, comentaba una joven que, desde tierra, esperaba el desembarco de su amiga María: “Lo han pasado mal de verdad”.
A bordo no todo son obligaciones. Entre tarea y tarea existe tiempo libre. “Es lo que siempre hemos llamado cebollear o pasear por cubierta sin nada que hacer”. Y para eso ha habido mucho tiempo. Pero han tratado ocupar sus tiempos y sus cabezas con alguna que otra barbacoa o alguna que otra película en el cine de cubierta.
El marinero Sergio Carrascosa confesaba que “yo he procurado no llamar todos los días. Así no me como la cabeza yo solo. Mejor no hacerlo”.
Y no debe ser el único que corre este peligro. Este grupo de héroes han estado casi 300 días a bordo de un buque de 131 metros de eslora. Las mismas caras todos los días y sin otras muchas opciones.
Por esto, desde la Armada tuvieron la feliz ocurrencia de incorporar a su equipo médico a una psicóloga para estar pendiente de la salud mental de la dotación. Siempre suelen llevar cirujanos, anestesistas y todo el equipo necesario para llevar a cabo una intervención de urgencia en el que caso que hiciera falta. Pero esta vez el enemigo del aburrimiento y del miedo se había convertido en un valor añadido.
En cuanto a lo segundo, al miedo, el ha mencionado Sergio Carrascosa niega la mayor: “Llevo ya tres años aquí y si elijo este año para tener miedo, mal asunto. Ya estoy acostumbrado”.
El whatsapp se ha convertido en uno de los grandes aliados de estos profesionales ya que les permite, siempre que la cobertura se porta, contactar con sus familiares y amigos todos los días.
En esos casi 300 días ha pasado casi de todo. Ya lo decían algunos de los mandos que esperaban en tierra. “Recuerda que hay muchos a los que se les han muerto familiares mientras ellos estaban en altamar y a otros, incluso, les ha nacido un hijo mientras estaban a miles de kilómetros de sus tierras”.
Y fue el caso del capitán Diego Páramo. El 28 de agosto de 2020 dejó a su mujer en tierra con un embarazo de siete meses y este domingo ha vivido el feliz encuentro con un nuevo miembro de su familia: Jaime. “Es duro, pero todo bien. Pendiente de una llamada de alguien que te diga que ha nacido ya mi hijo”. Las redes le han permitido ver la cara de su hijito antes de tocar Cádiz, pero hasta este domingo no ha podido tocar sus dulces cachetes.
Y algo similar le ocurrió al brigada Alonso López. Se fue a dar la vuelta al mundo dejando a un niño de tres meses y ahora se encuentra con un hombretón que ya sabe hasta andar: “¿Qué hacemos, ratoncito? ¿Nos vamos a la playa? Ahora toca disfrutar de mi niño”.