Diario de Cadiz

La estela del ‘Brexit’ arrasa con el “G-7 de las vacunas”

● La donación de 870 millones de dosis, el resultado más tangible de la cita organizada por Johnson en Cornualles

- Enrique Rubio (Efe)

El Brexit dio la gloria a Boris Johnson y en el Brexit sigue enredado, con su país ya fuera de la UE, como pudo comprobar el primer ministro británico en la cumbre del G-7 que organizó este fin de semana para la puesta de largo de su proyecto del “Reino Unido global”.

Si alguien pensó que el 31 de diciembre de 2020 acababa la pesadilla del Brexit, estaba equivocado. La salida británica de la UE fue sólo el comienzo de un camino que los expertos ya auguraban tortuoso, y del que Johnson no consiguió escapar a lo largo de tres días en los que los líderes de las democracia­s más desarrolla­das del mundo se reunieron en Cornualles (suroeste).

Debía de haber sido el “G-7 de las vacunas”, y en cierto forma lo fue. Desde el comienzo de la cita se sabía que los países más ricos donarán 1.000 millones de dosis adicionale­s, para un total de 2.000 millones hasta 2022.

Johnson confirmó ayer en la clausura del foro esa cifra, que en realidad es de 870 millones (aunque se le añadieron otros compromiso­s realizados a lo largo de este año).

Ése fue el resultado más tangible de una cumbre, la primera desde el estallido de la pandemia, en la que el presidente estadounid­ense Joe Biden consiguió en su estreno internacio­nal que los aliados se alineasen detrás de su país frente a China.

Se recuperaro­n buena parte de los consensos perdidos durante el mandato de Donald Trump (2016-2020) y la reunión discurrió dentro de lo que podría haber sido una relativa placidez si la piedra del Brexit, y concretame­nte Irlanda del Norte, no se hubiese cruzado de nuevo en el camino entre los países comunitari­os y el Reino Unido.

La rueda de prensa de clausura, que suele ser a mayor gloria del anfitrión, fue un fiel reflejo del difícil trago que los desacuerdo­s con la UE han supuesto para Johnson.

Los periodista­s británicos asaetearon al primer ministro con preguntas sobre Irlanda del Norte. Éste trató de esquivarla­s, aunque insistió en que “hará todo lo posible” por preservar la integridad territoria­l de su país.

El premier confiaba en orillar los problemas que han surgido en la aplicación del protocolo norirlandé­s, que ya fue el gran escollo en las negociacio­nes del Brexit.

Pero los líderes comunitari­os no estaban dispuestos a dejar pasar la ocasión de presionarl­e y, además, de ganarse el valioso respaldo de Biden.

Ni siquiera en el último día la sombra del Brexit dejó el G-7. Un supuesto comentario del presidente francés, Emmanuel Macron, desató una nueva batalla.

Según filtraron fuentes del Gobierno británico, Johnson preguntó a Macron cómo se sentiría si no pudiese transporta­r salchichas desde la ciudad francesa de Toulouse hasta París sin pasar por controles, y éste replicó que el ejemplo no era válido pues ambas forman parte del mismo país.

Pese a que luego el Elíseo matizó que se refería a que forman parte del mismo “territorio geográfico”, a diferencia de Irlanda del Norte que está en una isla, los responsabl­es británicos aprovechar­on para calificar de “ofensivas” las palabras del francés.

Macron, en su propia rueda de prensa poscumbre, pidió calma a todas las partes, pero los ingredient­es están servidos para que la llamada “guerra de las salchichas” continúe marcando la actualidad las próximas semanas.

Ni siquiera el anuncio estrella de la reunión terminó de salirle redondo a Johnson. Su antecesor en el cargo, Gordon Brown, había calificado de “fracaso moral” el acuerdo para la donación de 1.000 millones de dosis a los países pobres, y también fue preguntado sobre eso Johnson.

Los expertos y las ONG advierten de que serán necesarias unas 11.000 millones de dosis para frenar la pandemia, así que las cuentas no acaban de cuadrar.

Eso recordaron en la cumbre voces poco “sospechosa­s” como la directora gerente del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), Kristalina Georgieva, que instó a los países ricos a “pagar” la vacunación de los más pobres si quieren que la recuperaci­ón económica sea duradera.

Pese a todo, la sintonía de los líderes occidental­es en las grandes cuestiones globales permitió a Biden sacar adelante su iniciativa Reconstrui­r mejor para el

mundo para lanzar un gran plan de infraestru­cturas que contrarres­te el avance de China.

El programa irá dirigido a naciones de Latinoamér­ica, el Caribe, África y el Indopacífi­co, y es una respuesta directa a las ambiciones chinas de expandir su influencia con su proyecto de la Nueva Ruta de la Seda.

También en cambio climático se mostraron de acuerdo, con la decisión de poner fin este año a las ayudas gubernamen­tales directas a las centrales térmicas que no hayan adoptado medidas anticontam­inantes.

Sin embargo, las propuestas en ese ámbito fueron criticadas por organizaci­ones como Greenpeace, que las ve como “propuestas recalentad­as”. La Red de Acción Climática, que agrupa a las principale­s ONG ecologista­s del mundo, consideró “imperdonab­les, miopes y egoístas” los resultados de la cumbre, que “no están a la altura” de la doble crisis de la pandemia y el cambio climático.

No se le acumulan los motivos para sonreír a Johnson, quien además hoy deberá anunciar a su país que frena la desescalad­a por el rápido aumento de casos de la variante Delta en el país.

El rifirrafe con Macron sobre Irlanda del Norte desató una nueva batalla

 ?? NEIL HALL / EFE ?? El primer ministro británico, Boris Johnson, se marcha tras su rueda de prensa en la jornada de clausura de la cumbre del G-7 en Carbis Bay, en Cornualles.
NEIL HALL / EFE El primer ministro británico, Boris Johnson, se marcha tras su rueda de prensa en la jornada de clausura de la cumbre del G-7 en Carbis Bay, en Cornualles.

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