Diario de Cadiz

“La reina de la rumba es María Jiménez”

- Francisco A. Gallardo

–Usted dice en su disco que es El Príncipe de la rumba. ¿Y quién sería el rey?

–El rey de la rumba, sin duda, es Bambino; y la reina de la rumba es María Jiménez. Eso será ya por siempre y nadie los podrá destronar. Se lo ganaron los dos.

–¿Y lo convertirs­e en príncipe en su caso?

–Fue una búsqueda en mi estilo como hacen en América, donde les gusta definir quiénes son los reyes, los duques, los príncipes...

–Enfoques de países republican­os.

–Allí les gusta mucho un título nobiliario musical y allí también quieren mucho a España y al pasado que nos une.

–Defina su estilo.

–A mí me gusta la fusión, ritmos latinos, funky, rumba. Es mi manera de sentir la música, que se me vayan los pies y hacer bailar a los demás.

–Con sus hermanos, Los Alpresa, ¿le queda por actuar en algún país?

–Los tres hermanos nos hemos recorrido todo el mundo y tenemos mucho que cantar, celebrar y bailar. Ahora es cuestión de que todo se recupere. No tenemos una discografí­a muy aparatosa, sólo hemos grabado tres discos en 27 años, pero sí hemos tenido mucho tirón social. Hemos actuado en toda Sudamérica, Marruecos, Turquía. En México o en República Dominicana nos quieren con un cariño recíproco. Siempre hemos llevado a Sevilla por bandera. En Argentina nos quieren y nos podría sorprender lo que reconocen los argentinos a figuras como Sabina, Serrat, Miguel Ríos o Ana Belén.

–Los españoles, sobre todos los andaluces, deberíamos viajar más a América para encontrar allí toda esa autoestima que nos falta.

–Así es, los españoles en general y los andaluces en particular somos tenidos muy en cuenta en los países latinoamer­icanos. Toda la música española allí es muy importante. En México D.F. Los Alpresa hemos actuado en la plaza Monumental antes y después de las corridas y había tanta gente en las actuacione­s como en los festejos.

–El 16 presenta en Sevilla, en el Cartuja Center, ese primer disco suyo. ¿Cómo surgió lo de componer?

–Fue cuestión de hace tres años, haciendo una gira precisamen­te por México. Me puse a componer allí y cuando llegué a Sevilla me gustaba lo que estaba haciendo. Decidí producirlo yo y crear este disco en solitario. Con el resultado estoy muy contento. Tengo la intención de hacer una presentaci­ón a mayor nivel y donar todo lo que reúna a beneficio de mi hermandad, el Amor, y de Manos Unidas. La Iglesia ha hecho mucho por las personas necesitada­s en la pandemia y mi hermandad ha estado cerca de su gente.

–Cuando usted se escucha a sí mismo, ¿dónde cree que ha estado su inspiració­n para componer?

–Los ritmos latinos y la rumba española son primas hermanas. Yo me escucho y tengo claro que mi inspiració­n se levanta desde el son cubano, en la salsa cubana. Hay varios tipos de salsa: los iniciadore­s son los colombiano­s, después los puertorriq­ueños y los cubanos en los años 70 aportan una espectacul­aridad grandiosa. La salsa cubana tiene más percusión, es menos instrument­al, y tiene un sabor auténtico que inspira.

–¿Y a usted que le apatece contar cuando canta sus canciones?

–Yo cuento cosas de Sevilla, de Cuba. He explicado por qué para mí Sevilla es tan grandiosa. Dedico un tema a un buen amigo, Antonio Donaire, que quiso ser torero, fue empresario, hostelero. En los años 90 fue un

boom; es marchante de arte y tiene una gracia innata. La compuse con el corazón. Hago un tema también con Antonio Carmona...

–¿Han sido canciones surgidas del confinamie­nto?

–Todas están escritas antes del confinamie­nto, pero hice una en esas semanas dedicada a Remedios Amaya. Le he hecho una canción a ritmo de chachachá, quería ir más allá del homenaje f lamenco por bulerías o tangos. Quería homenajear­la a mi manera: “La voz me sabe a ron, a aromas de café...”.

Remedios pasó muchas dificultad­es en estos años. Ella lloraba cuando le descubrí esta canción.

–¿Este disco cuándo debió presentars­e?

–Tenía la fecha prevista: el 19 de marzo. Para mí no fue una fatalidad, yo he sabido encontrar un punto positivo a todo esto de la pandemia. Me dedico a las dos actividade­s más castigadas en estos meses: la música y la hostelería. Tengo un restaurant­e en Sevilla, en la calle Adriano, frente a la Maestranza. Allí van muchos personajes y amigos: Carlos Herrera, Litri, Fran Rivera. Y mucha gente de las cofradías.

–Perdone si le digo Amor.

–Para mí es una ilusión muy grande darle a mi hermandad tanto como lo que ella me ha dado aquí. Amor es para mí compañeris­mo, fe. Ser costalero te hace sentir los mejores valores de la vida. Las hermandade­s te permiten mirar a los que están a tu lado y te necesitan.

–Llevamos dos años sin procesione­s.

–En el 2020 ni siquiera hicimos ensayos. Tenemos que esperar, como nos ha pasado en todo. Yo soy veterano, hago la salida y entrada del paso de Cristo. En 2019 cuando terminó todo me dije: “Hasta el año que viene” Y ese año que viene será pronto. En una de las canciones hago mención a la Entrada de Cristo en Jerusalén. Yo le canto a los santos, le rezo a mi Virgen y llevo a mi Cristo hasta Jerusalén.

–¿Qué plegaria tiene previsto rezar cuando vuelva a estar debajo de un paso?

–Cuando vuelva a estar debajo de un paso volveré dar a gracias a Dios por estar ahí en ese momento.

En 2019 cuando salí del paso me dije: ‘Hasta el año que viene’ y ese año que viene será pronto”

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