Diario de Cadiz

Eriksen insufla ánimos a Dinamarca

● La mejoría del interista tras su paro cardiaco devuelve el ánimo a los nórdicos ● “Vamos a jugar por él”, afirman

- Anxo Lamela (Efe)

La mejora en el estado de Christian Eriksen y su petición de continuar jugando la Eurocopa ha devuelto el ánimo a la selección danesa, cuyos responsabl­es no ocultan su malestar por haber tenido que jugar golpeados por el colapso sufrido por su estrella sobre el césped del estadio Parken.

“Honestamen­te creo que no deberíamos haber vuelto al campo. Tengo un poco de mala conciencia”, admitió ayer en rueda de prensa el selecciona­dor, Casper Hjulmand, que elogió la entereza de sus hombres para volver al campo y completar un partido que merecieron ganar pero acabaron perdiendo frente a la bisoña Finlandia (0-1).

A los jugadores daneses la organizaci­ón les planteó dos opciones después de que el partido estuviese suspendido durante más de una hora: salir a completar los cerca de 50 minutos que quedaban o jugarlos el domingo al mediodía. Escogieron la primera porque “nadie podía imaginarse irse a dormir y tener que jugar hoy”.

“Sé que es una decisión difícil, mirando hacia atrás creo que fue una decisión equivocada. Los jugadores estaban en shock, no sabían si habían perdido a su amigo. No deberíamos haber jugado, es una sensación que tengo. Fue una decisión muy dura”, señaló Hjulmand.

El máximo responsabl­e de seleccione­s de la DBU, Peter Møller, apoyó al selecciona­dor, pero se mostró más comprensiv­o: aludió a los problemas organizati­vos de un torneo que se juega en once sedes y negó haber recibido presión alguna de la UEFA.

El diez de Dinamarca se encuentra estable tras ser ingresado el sábado de urgencia en el Hospital del Reino de Copenhague, a menos de un kilómetro de Parken, y las pruebas que se le han hecho han dado “buen resultado”, explicó el médico de la selección, Morten Boesen.

Boesen confirmó que el jugador, que se desvaneció solo junto a la banda, sufrió un paro cardíaco y estuvo clínicamen­te muerto unos segundos, hasta que fue reanimado con un desfibrila­dor. De momento, se desconoce la causa, de ahí que continúe hospitaliz­ado mientras es sometido a más exámenes médicos.

Eriksen, que el sábado ya habló con sus compañeros, mantuvo ayer una conversaci­ón muy emotiva con todo el grupo. “Hablamos todos con él esta mañana por videollama­da y vimos su sonrisa en la pantalla. Y, entonces, dice: ¿Cómo estáis? Creo que estáis peor que yo. Me siento como si tuviera que salir a entrenar ahora”, reveló en rueda de prensa con una sonrisa Hjulmand.

El selecciona­dor nórdico, al que el sábado se le entrecortó la voz en varias ocasiones, calificó la observació­n del centrocamp­ista del Inter como algo “típico” suyo: “Pensar antes en los otros que en él mismo”. “Christian quiere que sigamos jugando, así que lo vamos a hacer. Vamos a jugar por Christian”, afirmó Hjulmand, que añadió que “verlo sonreír es una enorme diferencia”.

Los jugadores y el resto de la expedición danesa están recibiendo ayuda psicológic­a y a varios se les ha permitido ver a sus familias, que no forman parte de la burbuja creada por la Federación danesa (DBU) en Helsingør, unos 100 kilómetros al norte de Copenhague.

“No hemos incitado a los jugadores a romper la burbuja, pero hemos escuchado a los profesiona­les y los expertos en cómo la gente que ha vivido situacione­s así y está en choque puede seguir adelante de la mejor manera”, explicó Møller.

Ese deseo de seguir adelante supondrá que este lunes se reanuden los entrenamie­ntos de cara al próximo partido contra Bélgica, en el que Dinamarca tendrá que rehacerse física y anímicamen­te para seguir con vida en el torneo, al que llegaba como aspirante a dar la sorpresa y que puede abandonar por la vía rápida si pierde.

“Christian está en buenas manos, nuestro trabajo es levantarle­s el ánimo a los jugadores y que estén listos para el jueves”, resumió Hjulmand.

 ?? JULIO MUÑOZ / EFE ?? SUECIA, APOYO A 33 GRADOS. Sorprendió ayer en Sevilla la hora escogida por la selección de Suecia para su último entrenamie­nto antes de la cita en La Cartuja ante España. A las dos y media de la tarde, los suecos se ejercitaro­n bajo un tórrido ambiente, a 33 grados, y con constantes pausas para la hidratació­n. Después no faltó el gesto de apoyo a Christian Eriksen tras el colapso sufrido el sábado.
JULIO MUÑOZ / EFE SUECIA, APOYO A 33 GRADOS. Sorprendió ayer en Sevilla la hora escogida por la selección de Suecia para su último entrenamie­nto antes de la cita en La Cartuja ante España. A las dos y media de la tarde, los suecos se ejercitaro­n bajo un tórrido ambiente, a 33 grados, y con constantes pausas para la hidratació­n. Después no faltó el gesto de apoyo a Christian Eriksen tras el colapso sufrido el sábado.

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