La OTAN pone a China en su punto de mira
La OTAN situó a China claramente como una amenaza para su seguridad durante la cumbre celebrada ayer en Bruselas, en la que apostó por poner en marcha un proceso de adaptación para mejorar su respuesta ante desafíos como la agresividad de Rusia, los ciberataques o el cambio climático.
“Todos los líderes acordaron que, en una época de competencia global, Europa y Norteamérica deben permanecer juntas en la OTAN. Para defender nuestros valores e intereses”, declaró el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa al término de la reunión, en la que los aliados dieron la bienvenida a Joe Biden como presidente de EEUU.
Biden manifestó que la OTAN es “muy importante” para su país y que el artículo 5 sobre defensa colectiva en que se basa es “sagrado”, un “fuerte mensaje” de compromiso de EEUU con la organización, en palabras de Stoltenberg, que los demás aliados acogieron con satisfacción tras las reticencias expresadas por su antecesor, Donald Trump. “La OTAN está más allá de líderes políticos”, sentenció Stoltenberg.
La cumbre ha servido para que los 30 aliados amplíen su punto de mira y dirijan su atención a China, que en la última reunión en 2019 sólo fue mencionada. “Regímenes autoritarios como Rusia y China desafían el orden basado en reglas”, alertó Stoltenberg.
Los líderes señalaron en el comunicado aprobado ayer que ven oportunidades de compromiso con China en temas como el control de armas o el cambio climático, pero advierten de que su creciente influencia y políticas internacionales suponen retos para la seguridad de la Alianza que acordaron abordar juntos.
“Nos preocupan las políticas coercitivas de China”, admitió Stoltenberg, quien agregó que Pekín está “expandiendo rápidamente su arsenal nuclear” y, al mismo tiempo, es “opaco” a la hora de implementar su modernización militar.
Así, la OTAN instó a Pekín a cumplir sus compromisos internacionales y “actuar de manera responsable”, incluyendo el ámbito espacial, el ciberespacio y el mar.
Sobre Rusia, país con cuya relación está “en su punto más bajo” desde la Guerra Fría, según Stoltenberg, los aliados volvieron a defender una política de “doble vía”: garantizar la disuasión y defensa pero manteniendo abierto el diálogo, por lo que celebraron que Biden vaya a reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, mañana en Ginebra.
El otro gran tema fue la aprobación de un proceso de reformas para que la Alianza aborde con más garantías nuevos retos. Para ello, decidieron reforzar las consultas transatlánticas en la OTAN.