Mancini y la fuerza de la tranquilidad para los italianos
Detrás del renacimiento de Italia, protagonista de una goleada en su estreno en la Eurocopa ante Turquía y de una racha de nueve victorias consecutivas, está la tranquilidad, la confianza y la personalidad del seleccionador Roberto Mancini, el técnico que devolvió dignidad a un movimiento futbolístico en crisis.
Pocos meses después de que Gian Piero Ventura no dimitiera pese a no clasificar a Italia para el Mundial de Rusia 2018 y fuera despedido por la Federación de Futbol Italiana (FIGC), Mancini renunció a dos años de su millonario contrato con el Zenit San Petersburgo para tomar el mando de una selección hundida.
Sentía que, tras muchos años en la élite del fútbol de clubes, con trofeos conquistados al mando del Inter, el Manchester City o el Galatasaray, era el momento de afrontar un nuevo reto y devolver a Italia el brillo perdido.
Aprovechó el año cero representado por la ausencia en el Mundial para imprimir un profundo cambio generacional y de mentalidad, apostando por un fútbol más ofensivo y técnico, sin renunciar al equilibrio.
Usó sus primeras listas para citar en el centro técnico de Coverciano a muchos jugadores jóvenes que apenas tenían protagonismo en sus clubes. Quería conocerles y verles en el campo para decidir si apostar por ellos en el proceso de renacimiento.
El 3-0 logrado en el debut contra Turquía demostró cómo cambió la mentalidad y la confianza del grupo. Pese a toparse con el muro turco en la primera mitad, Italia mantuvo la calma, siguió fiel a su juego y marcó tres goles en la reanudación para deleitar a los aficionados del estadio Olímpico. Una actitud positiva, optimista, serena y despreocupada que Mancini transfirió a sus jugadores, como destacó Francesco Acerbi en rueda de prensa.
“Mancini fue el punto clave de esta selección, cambió nuestra mentalidad. Nos hace estar bien, no nos presiona, dice que nos divirtamos, nos da ayuda para mejorarnos. Creó una familia y el mérito es sobre todo suyo”, afirmó Acerbi.
Palabras de profundo aprecio que llegan, además, de un jugador que no formó parte del once que doblegó a Turquía y que es suplente habitual de Bonucci y Chiellini, lo que otorga más mérito a Mancini, míster tranquilidad para devolver a Italia a la élite.