Diario de Cadiz

Desde las raíces hasta Europa

- Julio Sampalo Eaea, Secreto de agua mi barca? chanelazo y duelo Quiero

Hay sitio, definitiva­mente, en ese avión que partirá el próximo mayo a Liverpool para la música de raíz hecha desde España. La emoción esencial, de nuestra gente, se impuso sobre el escenario del Benidorm Fest en su segunda semifinal, la mejor de las dos celebradas esta semana en el municipio alicantino, con sendas propuestas singulares, de mujeres de raza y rasga que se impusieron en la noche del jueves e hicieron temblar el trono que se daba casi por seguro a Agoney, triunfador en la primera ronda clasificat­oria.

La ilicitana Blanca Paloma puso el primer paso rumbo a Eurovisión con una bulería electrónic­a,

una deliciosa melodía a caballo entre la Rosalía más flamenca y el proyecto conjunto de Rocío Márquez y Bronquio, que retumbó en enormes aplausos en la costera Benidorm. Con la experienci­a previa, la artista venía a quitarse la espinita de ser finalista en 2022 con el destacable tema

y, por el camino, vengar a todos aquellos españoles eurovisivo­s que sin complejos llevaron un trocito de nuestra riqueza musical al gran escenario del festival de la canción, desde Peret a Azúcar Moreno, con parada en la inefable ¿Quién maneja

de Remedios Amaya. Blanca Paloma se robó el calor de los asistentes a la gala y de los que dudaban en un principio de la validez de su propuesta como la más representa­tiva para nuestro país de cara a una audiencia televisiva mundial, sobre todo tras aquel que deja esta vez el listón más que alto.

La recompensa para Blanca Paloma fue la mayor puntuación de la velada y una propuesta escénica que, a falta de pulir mínimos detalles, es más que merecedora de pisar con garbo suelo británico el 13 de mayo. Massiel es el precedente de tamaña hazaña en Londres en 1968.

La invocación sonora de la nana presentada por la cantante cumpliría su mágico propósito, sin duda alguna, y supondría mostrar otra cara de España en Eurovisión, desde la tradición y el folclore renovados y a corazón abierto.

También planeó alto la manchega Karmento que cautivó desde su pequeño terruño de sueños los corazones de la audiencia con quejido y reivindica­ción. Su

más que doler fue un soplo de energía emocionant­e que demostró que la tradición, de nuevo, presentada con gusto puede poner el pelo de escarpia a públicos de todo pelaje. Preciosa voz y un concepto escénico intimista y con posibilida­des que la llevó a meterse directamen­te en la final.

Brillaron además en la segunda ronda clasificat­oria Famous con su ritmo latino, el hermoso homenaje al primigenio Festival de Benidorm de Alfred García, la emotiva balada de José Otero y las divertidas propuestas de Rakky Ripper y Vicco, gran favorita del público festivaler­o.

Menos destacable­s estuvieron E’femme, con mucho baile pero descontrol vocal y unos visuales que no sumaban, y el grupo catalán Siderland, con una actuación interesant­e pero difícil de hilar en la narrativa, debido a su excesiva dependenci­a de la realizació­n televisiva para sorprender.

La manchega Karmento fue aupada a la final gracias a una actuación emocionant­e

 ?? RTVE ?? Blanca Paloma, este viernes, durante la rueda de prensa de finalistas de Benidorm Fest.
RTVE Blanca Paloma, este viernes, durante la rueda de prensa de finalistas de Benidorm Fest.

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