FÍJESE, FEIJÓO
FEIJÓO debería hacer honor al caligrama de su nombre, que viene, además, reforzado por la aliteración. Debería ver esos dos ojos con una cejita levantada: óo, y fijarse. “Si ya me fijo en Moreno Bonilla”, podría replicarme en él. Pero ¿se fija bien? Porque el caso de Moreno no se lo pone negro, pero casi.
Feijóo aspira a la mayoría absoluta para gobernar en solitario. Las encuestas dicen que los números, sin Vox, no dan, pero él sigue despreciando y devaluando a Vox. El caso de Juanma no debería alentarle, como hace, porque el presidente andaluz consiguió su mayoría absoluta tras una legislatura entera apoyado por Vox. Sólo desde el Gobierno, con una estratégica gestión sorteando las reformas, sumó los votos suficientes. A la segunda. De hecho, Moreno Bonilla tuvo la suerte de que Vox no entró en su gobierno y de que le permitieron gobernar sin tocar una ley ideológica ni cambiar nada ni encarar un solo conf licto real. Así, sí.
Feijóo, en vez de fijarse en el fluir de los acontecimientos de Andalucía, se queda con el final. Pero antes pasaron todas esas cosas que digo. Con el segundo ojo de su nombre tendría que fijarse también en el PSOE. Es imposible que el partido socialista le permita gobernar por ser la lista más votada –si lo fuese–. Por dos razones. Porque el PSOE prefiere que el PP cuelgue con el sambenito de haber pactado con Vox y porque, gracias a la labor constante de desprestigio de Vox que hace gratis el PP, al PSOE le sale más barato pactar con ERC y con Bildu que a Feijóo con Santiago Abascal. Es el propio PP el que se pega un tiro en el pie. Y en el otro pie, también.
Feijóo sólo conseguiría que el PSOE le permitiese votar en solitario si, gracias a una inteligente estrategia, transmitiese que el desgaste por gobernar con un partido conservador y constitucional, que gana recursos de constitucionalidad a mansalva, es mínimo. Infinitamente menor que hacerlo con Bildu. Y además que, de hacerlo, cedería gustoso ante Vox y cambiaría las leyes ideológicas de la izquierda. Ah, entonces sí que el PSOE se tentaría la ropa. Hasta se plantearía dejarle gobernar en solitario, porque más vale centrista conocido que derecha de verdad condicionando leyes y revertiendo el sistema.
Feijóo, Sémper, Bendodo y Gamarra, sin embargo, aseveran que Vox es lo peor y que no tocaran una ley progre así les aspen. Sánchez duerme (¡sí, duerme!) más tranquilo que nadie en La Moncloa.
Moreno tuvo la suerte de que Vox no entró en su gobierno y le permitieron gobernar sin cambiar nada