La fotografía ‘danza’ con la pintura en los lienzos de la Plaza
● Alba Muriel y José Alberto López, en colaboración con los bailarines del CND, exhiben su ‘Solsticio’
Las telas se agitan o se abrazan. Los cuerpos se levantan o se arrastran por el suelo. Los brazos trazan líneas o los rostros dibujan curvas. Hablan entre ellos y con nosotros.
Solsticio es una conversación. Una charla, juguetona, “divertida” –como lo fue su creación–, entre el objetivo de la cámara de Alba Muriel, las telas pintadas por José Alberto López y los movimientos de Alessando Riga, Haruhi Otani, Irene Ureña, Álvaro Madrigal, Erez Ilian, Yae Gee Park, Shani Peretz, Íker Rodríguez y Shlomi Shlomo Miara, a la sazón, bailarines de la Compañía Nacional de Danza de nuestro país. Eso es Solisticio, una selección de secuencias de un diálogo entre los talentos reposado a lo largo de las cuatro estaciones del año y que se puede contemplar en los lienzos exteriores de la Plaza durante este mes de mayo.
Solisticio es una exposición que también se tomó su tiempo en aparecerse. Así lo explica el pintor gaditano que confiesa que este proyecto conjunto con la fotógrafa, a la que ha visto “crecer como artista y como mujer”, estaba ideado antes de la irrupción en nuestras vidas de la Covid-19 pero que “la pandemia (obviamente) paralizó”. Un trabajo al que ambos artistas le tenían “ganas” y que no decepciona ni en su resultado ni en su proceso que a pesar de “no estar exento de obstáculod” ha sido “muy gratificante”, aseveran.
“Teniendo una cantera de bailarines tan maravillosa como podéis ver en la fotografía, y teniendo un amigo pintor tan bueno como José Alberto era una pena no hacer algo con ellos. Así que hicimos una residencia de creación en la Centro Nacional de Danza (CND) el año pasado y durante una semana estuvimos con estos bailarines trabajando, compartiendo, creando y construyendo con ellos todas las fotografías que veis y muchas más que no hemos podido poner”, detalla la fotógrafa gaditana especializada en danza que desde hace siete años trabaja para el CND en Madrid.
El objetivo estaba claro, “contar las cuatro estaciones del año, cuatro estados de la vida y las emociones y sentimientos que transmiten” buscando “el contraste” pero sin que “un arte eclipsara a otro arte, por el contrario, mostrando cómo se compenetran”, explican los autores de la muestra que se puso en pie en la residencia artística de “una semana” con jornadas de “4 horas por día de trabajo”.
“Sí, fue laborioso pero, sobre todo, muy divertido. No sabíamos qué iba a salir, se trataba de probar cosas y ver si funcionaban. Teníamos como acompañamiento musical de todo, desde pop, rock hasta reggaeton, creo que nada de clásica. La intención era crear y pasarlo bien”, resume la fotógrafa que reconoce que “la dificultad más grande” es “conocer la danza” pero, afortunadamente, Muriel, hija del músico Carmelo Muriel, “siempre” ha bailado, ha fotografiado danza y se siente “muy cómoda” trabajando con los bailarines. “Soy casi de la casa, me siento como uno más, y con mi cámara nunca trato de imponerles cosas sino, como ellos son creadores de movimiento, compartir el proceso”, narra.
Para José Alberto López, al que además de la “pintura estática” siempre le ha interesado “la colaboración con otras técnicas en los procesos de enriquecimiento mutuo”, el principal escollo fue “el corto periodo de tiempo” para crear las piezas “exclusivas”, “inéditas”, con las que trabajan los bailarines en las fotografías. “Aun así estamos muy felices con lo que ha resultado y estábamos deseando compartirlo con todos vosotros”.
Además, y como complemento posterior al proyecto, en Solsticio se incluyen cuatro haikus de cuatro escritores gaditanos en cuatro imágenes de la exposición.