Entre la ola y el espigón
● La campaña arranca hoy en Cádiz con el PSOE intentando contrarrestar la tendencia al alza de un PP que ya arrasó en las andaluzas
HACE más o menos 11 meses, en concreto el 19 de junio del año pasado, un tsunami político inundó casi toda la provincia de Cádiz. Para nada podía descartarse de antemano que en aquellas elecciones andaluzas se registrara una victoria del Partido Popular (PP) en la provincia de Cádiz, pero lo que terminó sucediendo no fue anunciado por ningún meteorólogo político. Porque no fue una ola, ni dos. Fue un tsunami de los de verdad, de los que hacen historia, porque tiñó de azul 40 de los 45 municipios de la provincia. Apenas cinco pueblos (Alcalá del Valle, Algodonales, Zahara de la Sierra, Torre Alháquime y Trebujena) lograron frenar aquella marea azul, una marea que dio al PP ocho de los 15 escaños al Parlamento andaluz que estaban en liza en esta circunscripción y más de 219.000 votos, duplicando –ojo, duplicando, que se dice pronto– a los logrados ese día por el PSOE en toda la provincia.
Aquello sucedió hace 11 meses, un tiempo prudencial para que todos los partidos encajaran esos resultados históricos y también para que los meteorólogos políticos ajustaran sus herramientas de cálculo. Porque ahora llegan unas elecciones municipales, las que se celebrarán el 28 de este mes, es decir, dentro de apenas 17 días, y algo hay en el ambiente que recuerda a lo de junio del año pasado. Porque la ola o las olas a favor del PP parecen vislumbrarse por el horizonte, y se encaminan hacia la costa gaditana. Que termine siendo un tsunami de proporciones similares al de las elecciones andaluzas del año pasado es algo con lo que pocos cuentan... pero cosas más raras se han visto en la política, también en la provincia de Cádiz.
Hay una diferencia clara entre el panorama que había el pasado mes de junio y el que se puede visualizar en este mayo. Y es que en el litoral gaditano es visible ahora un espigón de considerables dimensiones que a lo largo de los últimos meses han venido levantando los dirigentes, candidatos y militantes del PSOE para intentar frenar la ola del PP. Ese espigón o dique de contención empezó a levantarse poco después de que este partido encajara y asimilara el resultado de las andaluzas. Tras el golpetazo, y aún lamiéndose las heridas, los socialistas empezaron a colocar las primeras piedras de ese espigón. Fue cuando repetían a diestro y siniestro que unas elecciones municipales son siempre diferentes a unas autonómicas, y hablaban de la cercanía de sus alcaldes y alcaldesas, de lo que habían sufrido junto a sus vecinos durante la pandemia del Covid y sus posteriores repercusiones económicas, y recordaban una y otra vez que el PSOE ha sido el partido más votado en la provincia en casi todas las elecciones municipales, a excepción de los casos de 1995, donde los socialistas lograron salvar la Diputación de Cádiz pese al triunfo exiguo del PP, y de 2011, cuando ahí sí el Partido Socialista mordió el polvo de manera incontestable.
Para ello, para que dentro de 17 días no se repita lo vivido hace ahora 12 años, los dirigentes y militantes del PSOE siguieron poniendo más piedras en el espigón, casi a la desesperada. Y aunque muchos de estos socialistas no querían hablar de política nacional, terminaron recurriendo a ella pero no para hablar de la relación de Pedro Sánchez con sus socios de gobierno y de investidura, sino para centrarse en los derechos sociales que, aseguran, han quedado fortalecidos en esta legislatura.
Incluso, los socialistas han optado últimamente por recurrir también a la política andaluza, recubriendo y fortaleciendo este espigón con referencias a los planes hídricos de la Junta en Doñana o a una supuesta estrategia de la Administración andaluza por destruir el sistema público de salud en beneficio de las clínicas privadas. Todo vale con tal de que la ola del PP, si al final tiene que llegar, no termine inundando municipios de la provincia que el PSOE quiere defender cueste lo que cueste.
Otras elecciones, y ya son muchas, el PSOE y el PP se presentan como las siglas más fuertes en la provincia de Cádiz de cara a estas municipales. Es más, los vaticinios indican que la cita del próximo 28 de mayo puede suponer el resurgimiento de un bipartidismo que parecía resquebrajarse no hace mucho tiempo pero que ha recobrado parte de su vigor. Precisamente, socialistas y populares
han sido los únicos que han logrado cerrar y presentar candidaturas en los 45 municipios de la provincia, en algunos casos no sin esfuerzo, como es el caso del PP en Setenil. Otras siglas como Izquierda Unida (IU) o Vox han intentado esta proeza y, aunque no lo han conseguido, no se han quedado tan lejos.
Todo proceso electoral tiene unas fechas marcadas en rojo. Para las municipales de este año, el primer día señalado es este viernes día 12. Y es que la próxima medianoche dará lugar el pistoletazo de salida de la campaña electoral, que se prolongará hasta la misma hora, las 12 de la noche, del viernes 26. A partir de ahí, ya saben, jornada de reflexión el sábado 27 y votaciones el domingo 28 de mayo, con las urnas abiertas desde las 09 horas y hasta las 20 horas.
Tras el escrutinio se abrirá un proceso de casi tres semanas en el que los candidatos que hayan obtenido mayorías absolutas podrán ir confeccionando sus nuevos gobiernos con pausa. Pero donde esas victorias incontestables no se produzcan, algo que se supone que sucederá en no pocos municipios gaditanos, se abrirá el mercado de los pactos postelectorales para conformar gobiernos.
En ambos casos, con mayoría absoluta o sin ella, la fecha tope será el sábado 17 de junio, día en el que se celebrarán las sesiones de investidura en todos los ayuntamientos. Sólo en aquellos municipios en los que se presente un recurso contencioso-administrativo contra el escrutinio o, mejor dicho, contra la proclamación de los candidatos electos, se aplazarán estas investiduras, las cuales pasarán a tener una nueva fecha que será el viernes 7 de julio.
En cuanto a la Diputación de Cádiz, la sesión de investidura no cuenta con una fecha cerrada, ya que todo depende de la prisa que se dé la Junta Electoral para repartir los escaños en los diferentes partidos judiciales una vez que se conformen todos los ayuntamientos. En cualquier, todo apunta a que el nuevo gobierno provincial echará a andar tras un pleno extraordinario que debería celebrarse entre el miércoles 28 de junio y el sábado 1 de julio.
A estas elecciones municipales se han presentado en tiempo y forma en la provincia de Cádiz un total de 237 candidaturas, lo que suponen una más de las 236 que fueron de la partida hace ahora cuatro años y una menos de las 238 que se registraron para las elecciones municipales del año 2007 y que es el récord histórico hasta la fecha.
De los ocho partidos políticos que tienen una implantación más o menos generalizada en toda la provincia, el PSOE es quien sale a defender más poder. No en vano, tras los comicios locales de hace cuatro años logró hacerse con 22 de las 45 alcaldías gaditanas, además de amarrar la Presidencia de una Diputación que ha podido gestionar sin sobresaltos en este mandato gracias al pacto cerrado con el partido La Línea 100x100.
Conservar –y si es posible aumentar– este número de alcaldías y seguir dirigiendo la Diputación son los retos fundamentales que se plantea el secretario provincial del PSOE, un Juan Carlos Ruiz Boix que quiere quitarse el mal sabor de boca que le dejó la derrota vivida en sus primeras elecciones al mando del partido, y que fueron las andaluzas del año pasado.
En la otra acera se ve a un PP sin duda más fortalecido tras su triunfo nítido de hace 11 meses. Aquella mayoría absoluta ha dado nuevos bríos a unos populares que en esta larga precampaña ya han dejado claros cuáles serán sus argumentos: elogiar lo que entienden que es un gobierno sensato y sin estridencias de Juanma Moreno en Andalucía pero también criticar hasta la saciedad las políticas de Pedro Sánchez y sus cesiones a Podemos, a los independentistas catalanes y a las formaciones vascas cercanas al mundo etarra.
Con estos ingredientes el PP da por hecho que logrará conservar ciudades de peso como Algeciras y El Puerto pero sobre todo anhela recuperar alcaldías que para ellos fueron emblemáticas años atrás, con la capital gaditana y Jerez como principales objetos de deseo, aunque sin descartar la opción de volver a presidir la Diputación de Cádiz. Evidentemente quedarse con solamente las cinco alcaldías que tiene ahora este partido sería un pésimo resultado para una dirección provincial que desde hace dos años tiene en Bruno García a su máximo exponente.
Entre estas elecciones municipales y las de 2019 hay una diferencia notoria y es que el PP ya no se podrá apoyar en Ciudadanos para conformar gobiernos de coalición. O, mejor dicho, esta supuesta alianza podría darse en muy pocas localidades gaditanas, ya que el partido naranja sólo ha logrado cerrar candidaturas en nueve municipios. Sin listas electorales ni en Sanlúcar –con lo que esta ciudad fue para este partido– ni tampoco en Algeciras, el futuro de estas siglas pasa por lograr
La pugna entre los tres partidos de izquierdas y el deseo de Vox de ser decisivo, dos alicientes
conseguir concejales, y si es posible gobernar, en alguna ciudad de peso de la provincia, con el ex parlamentario andaluz Juan de Dios Sánchez, alcaldable en Cádiz, como principal estandarte. Preservar su única Alcaldía, la de Benaocaz, es otra aspiración.
Gobernar en algún ayuntamiento gaditano es algo que no ha logrado hasta ahora Vox, aunque aspira a ello. De momento, este partido ha cerrado hasta 34 candidaturas, muchas más que hace cuatro años, aunque para ello ha recurrido a muchos cuneros, es decir, dirigentes que ni viven ni tienen mucha relación con el municipio por el que se presenta ahora. El fichaje del fotógrafo de prensa Fito Carreto como alcaldable en El Puerto ha sido quizás lo más llamativo de este partido en las últimas semanas.
Y si el PP mira con cierto recelo a Vox como posible socio de gobierno allá donde puedan sumar, algo similar le sucede al PSOE cuando echa un vistazo a su izquierda. Y es que en este espacio lo que hay es un revoltijo de partidos que parecen condenados a no entenderse jamás. La consecuencia es que en muchas ciudades los electores encontrarán papeletas de IU, de Podemos y de Adelante, por separado y casi sin hablarse entre ellos. Y para corroborar esta división ahí van algunos datos: Adelante, el partido de Kichi y de Teresa Rodríguez, no va en coalición con Podemos en ningún municipio y sólo ha admitido a IU como socio en Cádiz capital; Izquierda Unida y Podemos, por su parte, sólo han llegado a acuerdos en Rota y en San Roque; y los izquierdistas, que estarán presentes en casi una cuarentena de municipios, en la gran mayoría de ellos se presentarán en solitario.
Amarrar sus nueve alcaldías actuales y, si es posible, gobernar en alguna ciudad de relevancia o en la Diputación son las aspiraciones principales de una IU que tiene en las municipales sus comicios fetiche.
Esto último le suele suceder también a los andalucistas, que en los últimos lustros suelen estrellarse en las urnas cuando llegan unas elecciones andaluzas o generales pero que, por el contrario, salen medianamente airosos cuando de unas municipales se trata. El mejor ejemplo es que en 2019 lograron hacerse con cuatro alcaldías, algunas de ellas de tanto peso como Barbate. Conservar esta Alcaldía que está en manos de Miguel Molina, retener las otras tres y entrar en más gobiernos locales son los objetivos que se ha marcado Andalucía por Sí (AxSí), un partido que atrajo muchos focos y muchos titulares cuando anunció el fichaje del
gran hermano Ismael Beiro para pelear por la Alcaldía de la capital gaditana.
AxSí ha logrado cerrar finalmente 16 candidaturas en la provincia de Cádiz, una cifra superior a las de Podemos, que sólo ha formalizado 11 además de su alianza con IU en Rota y San Roque, y también por encima de las ocho candidaturas que ha logrado conformar Adelante, un partido que tiene casi como único reto conservar la Alcaldía de Cádiz. Para ello, y ante la ausencia voluntaria
Las votaciones serán el domingo 28 y las investiduras tendrán lugar el 17 de junio
de Kichi, será David de la Cruz quien asumirá este reto.
Mención aparte merecen las diferentes formaciones políticas de carácter localista o independiente que cada cuatro años suelen animar todas las campañas electorales de unas municipales. Este grupo de partidos ostenta a día de hoy tres alcaldías en la provincia, en concreto La Línea, Chipiona y Los Barrios, y no sería descartable que lograran conservar las tres. Aparte queda una lista notable de siglas nuevas o no tan nuevas que se presentan con el reto de dar la sorpresa. Se supone que alguna lo logrará, pero posiblemente no serán muchas.