EN CAMPAÑA
AL final una campaña electoral consiste en que los candidatos, elegidos por obra y gracia del aparato de cada partido, sean capaces de convencer a los ciudadanos de que son los mejores. Algún “politólogo” de Hacendado va a inventar la rueda el día menos pensado, porque cada vez es más difícil encontrar campañas originales, propuestas interesantes y candidatos de primer nivel, dicho con todos los respetos para aquellos que han dado el paso adelante al objeto de representar a sus vecinos con el fin de mejorar la vida de las ciudades. En Cádiz, sin ir más lejos, los tres candidatos principales son bellísimas personas, siempre lo digo porque es verdad. Tan buena gente que hay veces que hasta se parecen, lo que hace la campaña muy aburrida. Estos tres y los otros hacen lo mismo: van a los mismos barrios a partirse la camisa por cada uno incluso han puesto dirigentes vecinales en sus listas, todos son cadistas recalcitrantes desde chiquetitos, en el Falla todas las sesiones, visitaron a todas las cofradías, en la creencia de que estos arranques tradicionalistas les van a dar votos, cosa que dudo. Poner a un hermano mayor o al director de una banda de música no reporta ni un solo voto. Bruno y David quieren agasajar a los dueños de perros, aunque tengan la ciudad llena de mierda. Bruno y Belgrano quieren llenar Cádiz de aparcamientos no entienden que el futuro es el transporte público y la movilidad no contaminante. David de la Cruz quiere un cuerpo de canguros municipales, para que entre todos le paguemos a los papás y las mamás la falta de dedicación a sus hijos. El colmo de los colmos lo trajo Belgrano, que es el rey de las ocurrencias: vaciar los edificios administrativos para hacer viviendas. Supongo que su idea es llevar los centros de la administración a otras poblaciones de la provincia, con lo que la ciudad perdería 20 mil puestos de trabajo de golpe y porrazo. Una idea a la altura intelectual del proponente. Veo que Patricia Cavada hace una campaña moderna con un modelo de ciudad del siglo XXI, dicho por un observador ajeno. Observo que José María Román tiene claro lo que quiere para Chiclana por lo que va a recoger los frutos de un trabajo intenso. En cambio Elena Amaya piensa que con la chabacanería pueblerina y el populismo trasnochado puede conseguir sus objetivos, cosa que igual consigue, qué sabe nadie. El colmo de las campañas es Germán Beardo y el concejal Calleja, el rey de la performance y la fiesta, los dos juntos en los carteles como si fueran Los Pecos. A mí me resulta chocante pero igual les es útil, hasta el 28 por la noche no se sabrá. Eso sí, al final tratará, tratará tratará tachero, por no citar el cuplé de Los Que Ponen la Primera Piedra.Y como dijo Quevedo: nadie promete tanto como el que no va a cumplir.
En Cádiz, sin ir más lejos, los tres candidatos principales son bellísimas personas. Tan buena gente que hasta se parecen