La lluvia acompaña a los primeros romeros que cruzan el Guadalquivir
L Nueve de las doce hermandades de la provincia ya están en Doñana tras pasar por Bajo de Guía
El primero de los dos días de embarque rociero de este año en Bajo de Guía estuvo pasado por agua. La lluvia convirtió ayer el paso por esta playa sanluqueña en una jornada nada usual para lo que es costumbre ver cada romería dadas las fechas en las que se celebra. Esta vez, nada de cielos despejados ni calor más o menos soportable. Predominó una nubosidad que en algunos momentos del día dejó precipitaciones, eso sí, nada intensas.
Nueve de las doce hermandades que cruzan el río Guadalquivir en dirección a Doñana para hacer el camino hasta la aldea almonteña ya pisan las arenas del Coto. Como estaba programado, un año más, la más madrugadora fue la hermandad de La Línea, a la que siguieron, por este orden, las de Chiclana -con la agrupación parroquial de Guadalcacín-, San Fernando -con la no filial de San Roque-, Ceuta, Chipiona, Arcos, Cádiz, Rota y Puerto Real.
Las hermandades llegaban por la Avenida de Bajo de Guía dejando atrás el emblemático paseo de La Calzada, donde actualmente se están llevando a cabo los trabajos de montaje de la Feria de la Manzanilla, que se celebrará dentro de pocos días, del 6 al 11 de junio.
Los simpecados y los peregrinos más precavidos iban cubiertos para hacer frente al tiempo lluvioso. Con la presentación de la principal carreta de cada hermandad ante la Capilla de la Virgen del
Carmen de Bajo de Guía se iniciaba, como es tradición, el paso por el litoral sanluqueño ante los considerables dispositivos del Plan Romero y el Plan Rocío Seguro.
El orden establecido no impedía una fluidez en el tránsito de los peregrinos con sus vehículos y caballos, que se iban dirigiendo hasta la orilla bajo el control de agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional, sin olvidar el cometido de la Policía Local de Sanlúcar, el servicio 112, profesionales sanitarios, voluntarios de Protección Civil y otros efectivos, como los de la Armada Española, que dispone de una barcaza de apoyo en el litoral sanluqueño.
Justo antes de tomar las barcazas de Cristóbal Anillo, la espera atenta de la travesía no estaba reñida con la oportunidad de compartir uno de esos ratitos de El Rocío en el que grupos de peregrinos disfrutan cantando sevillanas como aquéllas que dicen, precisamente, “chaparrones de mayo lavan los pinos”. Pero Bajo de Guía es una zona de tránsito que no admite paradas demasiado largas para que todo vaya como está oficialmente programado.
Uno de los momentos más esperados por los romeros es, precisamente, la subida a las barcazas que ponen rumbo a la conocida popularmente en Sanlúcar como
“la otra banda”, un episodio del camino rociero cuyas sensaciones se completan al llegar a la orilla onubense de Doñana.
Responsables públicos de las distintas administraciones competentes, como el subdelegado del Gobierno central en Cádiz, José Pacheco, y la delegada del Gobierno andaluz en la provincia, Mercedes Colombo, estuvieron muy atentos a la evolución de la jornada, comprobando con satisfacción el funcionamiento de los dispositivos y que la jornada transcurría con normalidad.
Si bien ayer no faltaban curiosos empeñados en no perderse ni un detalle de este acontecimiento rociero anual, lo cierto es que la mayor afluencia de público se espera hoy miércoles, cuando tiene previsto atravesar el río tres de las hermandades más numerosas de la provincia: Jerez, El Puerto y, sobre todo, Sanlúcar.
La hermandad anfitriona del embarque abrirá la jornada bien temprano con una salida que cada año genera una enorme expectación, especialmente, en el pueblo cofrade de Sanlúcar. Los devotos de la Blanca Paloma lo viven como una auténtica fiesta. Así, la animación rociera en el famoso enclave gastronómico y marinero de Bajo de Guía estará servida en el segundo día de embarque.