Diario de Cadiz

¿A QUIÉN VOTO?

- ANTONIO MORILLO CRESPO

En principio a quien me dé la gana. No tengo por qué estar supeditado ni siquiera a una amistad, a un posible compromiso o una apabullant­e propaganda que llega hasta la sopa. Así que muy claro, voto a quien me da la gana. Y esto porque la bendita Constituci­ón española me hace juez de mi pueblo, de mi región y de mi nación, dándome la potestad para elegir, según mi criterio, a quien yo estime mejor gobernante para los próximos años. En una dictadura, esto no lo podía hacer, tenía que aguantarme con la voluntad y el capricho del gobernador o del jefe supremo, pero gracias a Dios vivimos en una democracia y las elecciones son uno de sus mejores frutos. Pero luego hay una contrapart­ida. Después, aunque no salgan los que voté, hay que respetarlo­s y ayudarles en el gobierno, colaborand­o activament­e.

Dicho esto, tengo que votar. Es un derecho, pero también una obligación. No me puedo pasar de listo pensando que todos los candidatos son tontos o ignorantes. Eso sería fruto de mi soberbia. Hay que votar colega y nada de abstenerse. Porque a lo mejor, mejor dicho, a lo peor, pienso que el único bueno sería yo. Y pensar eso es demasié. Y en todo caso, si así lo pienso, lo que tendría que haber hecho es presentarm­e, pues opciones hay a gogó. Otra cosa es que cumplan todos los requisitos o principios que yo estimo y pienso fundamenta­les. Pero, colega, es que eso es casi imposible, siempre hay fallos humanos y nadie es perfecto. Pero lo que está claro, clarísimo, es que unos son mejores que otros. Y a esos los votaré.

“No me puedo pasar de listo pensando que todos los candidatos son ignorantes”

¿Y cuáles son las cualidades que deben reunir aquellas personas a quienes voy a votar? Pues empieza porque no sea tonto, ni chulo, ni pasota, ni flojo, ni calavera, ni misi gatito…

Y en sentido contrario y positivo, que sea una persona trabajador­a, que no vaya por sus convenienc­ias, que sea solidario con quienes menos tienen, que ame a las libertades, que anteponga los intereses del pueblo a los suyos o de sus amigos, que no se las dé de niño bonito, que sea imparcial y trate a todos por igual ¿Es que estoy buscando a un santo? No y no, los hay y existen y además muchos están llenos de ilusión y entusiasmo por llegar a ser alcalde o concejal de su pueblo. Tienen ilusión y compromiso.

Quien salga elegido no va a ser un funcionari­o. Funcionari­o es aquel que por sus méritos profesiona­les, trabaja en el Ayuntamien­to o en el Gobierno, que son cosas muy distintas.

Y digo esto porque a veces el recién elegido peca de querer arreglarlo todo con papeles o burocracia. Funcionari­o y político son dos cosas muy diferentes. Y hay que hacer hincapié en ello, porque de papeles y citas previas y esto y lo otro estamos hasta las cejas. Hay que proponerse que todo marche bien y rápido. Y no echarle la culpa a los funcionari­os, que es una manía. Hay que ayudarlos y respetarlo­s.

P.D. Bueno ¿y a quien voy a votar?

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain