Bruno García reedita la noche de hace 16 años
Hace 16 años, en las elecciones municipales de 2007, un joven Bruno García se convertía en concejal del Ayuntamiento de Cádiz en el último suspiro. Había cosechado Teófila Martínez 17 concejales, en aquellas mayorías aplastantes que reeditaba cada cuatro años. Y cuando incluso la entonces alcaldesa había comparecido ante los medios, llegó el cierre del escrutinio que otorgaba un concejal más al PP, Bruno García.
Así fue la entrada del hoy alcalde electo de Cádiz en el Ayuntamiento, del que formaría parte como concejal del gobierno en los siguientes ocho años (de 2007 a 2015) y que estaría un mandato más en la oposición, hasta que accedió al Parlamento andaluz. En 2015 jugó un papel clave al ponerse su nombre sobre la mesa para un posible –y fallido– acuerdo con el
PSOE que le diera la Alcaldía.
con los que tengo buena relación y quiero que eso se traduzca en algo bueno para Cádiz. Van a tener la mano tendida para sacar las cosas de Cádiz adelante”, aseguró, insistiendo en su intención de “gobernar para todos y con todos y lo vamos a hacer con mucha determinación”.
Quiso mantener García durante su comparecencia el llamamiento a la moderación, dejando un último mensaje sobre el que quiere basar este tiempo que bajo su mando se abre en el Ayuntamiento. “Solo el trabajo, la dedicación y el compromiso es lo que hace que una ciudad avance. Eso es lo que vamos a hacer y cumplir en los próximos cuatro años”, afirmó.
En el lado contrario a la alegría del PP hay que reseñar la estrepitosa caída de Adelante Cádiz, que ha pasado de los 26.498 votos que le dieron 13 concejales en 2019 a 11.320 votos de este 28-M. Es decir, más de la mitad de los votantes, aunque la fuerza a la que pertenece el todavía alcalde, Kichi, ha contenido su caída respecto a las autonómicas de junio de 2022 (en las que obtuvo 9.512 votos).
Indudablemente se convierte aquí en fundamental la decisión de Podemos a última hora de abandonar la coalición en la que pretendía integrarse toda la izquierda gaditana. La formación morada obtuvo un millar de votos (999, en concreto), que bien podrían haber supuesto ese concejal séptimo para David de la Cruz que lo podría haber alzado a la Alcaldía de la ciudad.
Pero independientemente a este factor, cabe pensar que sin duda el resultado de Adelante Izquierda Gaditana debe traducirse como un rechazo contundente de la ciudadanía a la gestión del actual alcalde. Un descontento generalizado que era palpable en la calle y que se ha confirmado en las urnas, por más que Kichi haya tenido un papel más que secundario durante la campaña.
No escondía David de la Cruz la “tristeza” de un día “muy doloroso”,
El PP estuvo buena parte del recuento con 13 concejales, logrando al final la mayoría
Podemos suma 999 votos que pueden ser clave para la pérdida de la Alcaldía de AIG
un resultado “que no esperábamos y con el que no contábamos pero que asumimos” y un mensaje a los suyos para “construir desde el primer día una alternativa de izquierda para esta ciudad”. “Hay que ser autocrítico, hay que ser humilde y hay que pensar”, reflexionaba el ‘heredero’ de Kichi, al tiempo que anunciaba que su partido seguirá siendo “dique de contención contra los recortes y construyendo una alternativa que sea de izquierda, que sea de las mayorías sociales, que vuelva a ilusionar a la ciudad de Cádiz y que vuelva a retomar la alcaldía de Cádiz”.
Ciertamente, los miembros y simpatizantes de Adelante Iz
quierda Gaditana vivieron una tarde–noche muy complicada, pasando del nerviosismo inicial a la decepción y las lágrimas al final de una jornada, cuando la noticia del concejal 14 del PP llegó a la peña Juanito Villar, punto de encuentro de la formación de David de la Cruz.
En tierra de nadie ha quedado un PSOE que durante una franja de noche se veía gobernando la ciudad pero que tendrá que conformarse con haber mejorado los resultados, después de venir de una debacle continua en las últimas citas con las urnas. La remontada socialista se traduce en un millar de votos (de 10.474 a 11.558) y dos concejales (de cinco a siete), convirtiéndose en la segunda fuerza y en el partido principal de la oposición.
El candidato socialista, Óscar Torres, confesaba ese sabor “agridulce” que deja unas elecciones con “buenos resultados electorales para el PSOE en Cádiz, pero malos resultados para la ciudad y para la izquierda”. “Y la clave ha sido la división de la izquierda para que vuelva a gobernar el PP. Sinceramente, quien sale perdiendo es la ciudad de Cádiz”, añadía mientras comprometía su objetivo de “hacer una oposición leal, responsable y anteponiendo los intereses de la ciudad”.
Otra clave electoral que deja este 28-M, también previsible, es la no entrada de ninguno de
Vox se queda cerca del concejal y Cs, Belgrano y Beiro tampoco obtienen representación
“La clave ha sido la división de la izquierda para que vuelva el PP. Quien sale perdiendo es la ciudad” que se dio en 2019, con mucho peor resultado para la formación que representaba Juan de Dios Sánchez.
Junto a Ciudadanos, se puede considerar también de fracaso estrepitoso la incursión política del televisivo Ismael Beiro, que aspiraba a entrar en la Corporación y que se ha quedado muy lejos con 1.349 votos (un 2,33% del total) y por detrás de Vox, de Ahora Cádiz y de Justicia Social. Demuestran estas elecciones, por tanto, que los intentos de Beiro, Belgrano y otras formaciones no han tenido competencia alguna con las dos fuerzas tradicionales y con la desinflada Adelante de Kichi y De la Cruz.
El nuevo escenario político para la ciudad, que recupera el gobierno de mayoría absoluta del PP y que insufla algo más de aire a un PSOE que ha tenido una muy incómoda posición durante estos ocho años, se consigue tras unas elecciones que dejan un dato de participación más bajo que hace cuatro años (apenas un 61,68% de los gaditanos citados a las urnas); algo todavía más preocupante si se tiene en cuenta que ya en 2019 la participación bajó respecto a 2015, lo que refleja esa tendencia a la caída progresiva de participación de los gaditanos a la hora de elegir sus concejales. En esta línea, llama también la atención del voto en blanco, que duplica el dato de hace cuatro años (862 votos, en concreto) y el alto número también de votos nulos (724), que dejan la cifra final de votos emitidos en favor de las once candidaturas que concurrían en 56.978 (un 98,5% del total de votos).