Diario de Cadiz

CENAR BOLITAS EN FIRST DATES

- ROSARIO TRONCOSO

NO he sido yo. No he llamado a ningún programa, ni siquiera a Juan y Medio. De verdad. Sin embargo, al abrir mis privados de Instagram, un mensaje de un redactor de Mediaset me ha desordenad­o la mañana del blue monday. Me han elegido para cenar en el restaurant­e de First Dates. Debo rellenar un cuestionar­io para que los ‘cupidos’ del programa pueden encontrar a mi pareja ideal y se hacen cargo de los gastos del viaje, un día de grabación en Madrid (ojalá las editoriale­s de poesía fueran de Mediaset). Hace años que no le sigo la ceja a Carlos Sobera, aunque confieso que me divertí en su momento con algunas citas propias de un guión de Berlanga. Prefiero pensar que escogen perfiles de forma aleatoria, y que no van buscando personajes que den el cante. Si es lo segundo, permitan que llore un ratito: años de trabajo como profesora, lucha sin tregua por escribir cuando y donde me dejan y activismo cultureta, para terminar en un reality. Pero, ¿y si es la oportunida­d de mi vida? Pondría mis libros al lado del postre. Tonterías aparte, caigo, como siempre, en la más terrible causticida­d ante el porcentaje de personas en España a la que se supone muy sola, en un sistema social que sobrevalor­a la vida en pareja y no contempla como éxito lo distinto. No les daré el dato, búsquenlo. A mí estas cosas que ocurren un día cualquiera me dan tema para artículos, cuando no hay voluntad de escribir sobre política ni valor para opinar sobre el Carnaval. La cuestión, investigac­ión antropológ­ica exprés mediante, es que el gran hermano nos vigila, nos manipula el alma y creemos que somos casi libres cuando nos falta el canto de un duro antiguo para que nos envase al vacío y mercadee con lo que anhelamos, con lo que soñamos y con lo que somos. Quijotesco es también obsesionar­se con la distopía y las conspiraci­ones paranoicas, pero lo cierto es que convendría estar al liqui, y en eso somos especialis­tas los fenicios. En el Falla, menos mal, sigue en pie el guiñol de títeres con cabeza consciente­s de los hilos. Así que vamos, Mediaset a mí, gaditana curtida en levanteras, hombre por favor. Pero no podemos confiarnos tampoco por estos lares y ser más papistas que el Papa pues no nos vamos a librar de comer bolitas, como los tontos, sobre todo las que arroja el mar, testigo triste y silencioso del extraño juego que nos traemos contra nosotros mismos. En fin. Me contactan para que encuentre el amor en prime time y me dan el guión para que actúe durante la cena. Un plan estudiado y perverso. Aunque mirándolo bien, y sabiendo cómo procedemos con nuestro libre albedrío, sería menos peligroso incluso. No lo sé. Borré el mensaje del redactor, cachis. ¿Ven? Por un momento dudé de mi criterio. Será el cambio climático o la voz del hartazgo. Ay. Nos pasa a todos, ¿no?

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain