Chirigota. La callejera invisible. Chiclana
LETRA Y MÚSICA. Jesús Manuel Selma Martín-murga el Melli y José Antonio García Molina. DIRECCIÓN. Antonia Molina Morales. EL TIPO. Callejeros en el cárcel. LAS
COPLAS. Por culpa de cantar borderíos, los chirigoteros callejeros se ven en la cárcel a pesar de que ellos solo dijeron “picha” en vez de “polla”. Los premios sirven para afianzar las ideas. Un primero carga de razones, por lo que la chirigota del Molina y el Melli repite las mismas bases, tras probar las mieles del éxito, con un repertorio que por momentos es efectista y en otros es previsible. Sensaciones encontradas cuando sus aspiraciones son las máximas, a pesar del favor desaforado del público. El efectismo se apodera de la presentación, que se basa exclusivamente en un collar que les da descargas cada vez que dicen una palabrota, por lo que van encadenando todas las rimas posibles hasta acabar tirados en el suelo por el dolor. Sí son mucho más potentes los pasodobles por el empuje de la música y la interpretación. En el primero, cumplen con la letra de rigor de agradecimiento por el cariño del público tras el primer premio, aunque se inventan un conflicto por unas supuestas críticas al vencer siendo de fuera. Mucho mejor los consejos que dan en el segundo a su hijo tras convertirse en chirigotero. Los cuplés siguen la misma tónica, de tres en tres, con algunos bastinazos recurrentes, salvándose el del café que se enfría solo al soplarle uno al que le huele mal la boca. El popurrí cae varios enteros respecto al resto de la actuación al ser muy previsible, mostrando diferentes situaciones como cagar en la celda o la ducha.