SELECCIÓN OLÍMPICA GADITANA PARÍS 2024
PORQUE si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14–15).
El señor Procopio ha pedido perdón. Lola, no seas así. Pero si ha sido una cupletina sin importancia. El hombre se ha disculpado. Es verdad que hablar de orgías y concejalas de Fiestas no tiene gracia, pero bueno, en su descargo hay que decir que el resto de sus cuplés tampoco la tienen. Y bastante penitencia lleva con aguantar las crónicas carnavalescas que le hacen a sus coros los cocodrilos del foso como para encima tener que andar disculpándose con cargos públicos por su cara bonita. Pelillos a la mar.
Como mi Telefunken no tiene internet tuve que esperar a la redifusión de Onda Cádiz para escuchar la copla (¿se dice así?) de la orgía municipal. Con lo cual, me enteré antes de las disculpas de uno de los autores que de la ofensa. Lo primero que tengo que decir es que esas cosas me parecen unas guarrerías españolas y que una, que todavía conserva intacta su virtud, no piensa participar en semejante escarnio ni aunque me lo pidan los miembros del Colegio Cardenalicio. Orgía es una palabra feísima. Con un hiato y una acentuación grave, como lo es intentar mezclar al inocente de Vicente Sánchez con Lola Cazalilla, María Romay o Bea Gandullo. Pobrecito mío. Pero si mi Vicentín es más inocente que un querubín. Como Procopio, que sigue escribiendo coros pensando que algún año de estos sacará uno bueno.