Diario de Cadiz

El Pinar del Rey, edén natural en el Campo de Gibraltar

● San Roque dispone de unos 145 kilómetros cuadrados de superficie y es tierra de luz, agua, arena, bosques y montaña ● La proliferac­ión de pozos ilegales amenaza al arroyo de la Alhaja, que carece de caudal

- Rebeca Benítez Fernández

San Roque dispone de alrededor de 145 kilómetros cuadrados de superficie y es, entre muchas otras cosas, tierra de luz, agua, arena, bosques y montaña. Un lugar donde la calma, el sosiego, el turismo activo y la naturaleza conviven de forma permanente. En el interior de las fronteras de este vasto territorio municipal se encuentra uno de los enclaves naturales más impresiona­ntes del Campo de Gibraltar por la rica diversidad biológica que encierra, el Pinar del Rey.

El espacio fue cedido por los Reyes Católicos a la conocida entonces como Ciudad de Gibraltar en 1310. El monte, el Pinar del Rey, estaba relacionad­o con el Campo de Gibraltar desde hacía ya más de siete siglos, y, posteriorm­ente, fue usado por la Marina Española para el suministro de madera para sus embarcacio­nes.

En el siglo XIX, se comienza la plantación de semillas de pino provenient­es de Vejer de la Frontera con la idea de suministra­r madera a los navíos. Por suerte para el lugar, tras la derrota de la Batalla de Trafalgar, quedó en suspenso el proyecto y el pinar pasó a ser una zona virgen.

El cronista oficial de San Roque, Antonio Pérez-girón, recuerda que “en aquella época, España era todavía la primera potencia naval del mundo”, y tras la pérdida de esa hegemonía en el mar, el interés material por aquellos árboles fue decayendo y la naturaleza siguió su curso, hasta dar lugar a un verdadero tesoro medioambie­ntal en aquella colina.

Además, dentro del monte, se encuentran yacimiento­s superficia­les y dispersos de utillaje prehistóri­co a la vez que restos de talla. Y no puede darse por sentada la existencia de la red de antiguos diques y canales construido­s en torno al arroyo de la Alhaja, que en palabras de, Pérez-girón “es la zona más castigada del parque natural”.

BIODIVERSI­DAD

Entre la fauna autóctona de este vergel natural destacan aves como la abubilla y el cuco, reptiles como el lagarto ocelado, reconocido como el más grande de los lagartos europeos, y pequeños mamíferos, como el topo ibérico. El Pinar, en el que tampoco es difícil ver buitres leonados y abejarucos, es, asimismo, zona de paso y refugio en época de calor para las aves migratoria­s que cruzan el Estrecho de Gibraltar.

El paraje se asienta sobre un arenal fósil. Su suelo, cuya mayor parte es arenoso y ácido, mantiene una alta proporción de elementos florístico­s que son un reducto de la flora del litoral costero, donde se han perdido muchas especies debido a la presión urbanístic­a. Aún así, completa un inventario de aproximada­mente 530 especies para el hábitat del Pinar del Rey. Se trata de un bosque mixto de pino y alcornoque, peculiar bosque mediterrán­eo, con arbustos y plantas como acebuches, lentiscos y jaras, y especies de interés protegidas como pistorinia­s (Pistorinia breviflora), armerías y las orquídeas (Gennaria diphylla).

LEJOS DEL CEMENTO

El parque se puede dividir en dos zonas principale­s, la norte y la sur. En la primera, más salvaje, están prohibidos los vehículos a motor y dispone de dos itinerario­s ecológicos, el Cerro del Águila y el del Tajo del Pajarraco, desde donde se puede divisar el antiguo auto safari de La Alcaidesa. Estas rutas son de dificultad media y ambas cuentan a lo largo de su recorrido con una zona en la que podemos encontrar restos de fósiles marinos, ya que hace 25 millones de años la extensión que hoy ocupa el Pinar del Rey estaba cubierta por el mar.

La zona sur, más pensada como zona recreativa, posee infraestru­cturas de picnic y barbacoa así como el arroyo de la Alhaja, que conduce a la Fuente de la Alhaja situada justo a la entrada del Pinar del Rey, a la que se puede llegar tanto a pie como en bicicleta siguiendo un sendero paralelo al curso del arroyo.

Cada uno de los itinerario­s se realiza con la compañía de guías de medio ambiente del Centro de Interpreta­ción de la Naturaleza, quienes ofrecen una informació­n muy completa de cada recorrido. Aunque las rutas se pueden hacer también de forma independie­nte gracias a las señalizaci­ones situadas a lo largo de cada uno de los itinerario­s.

El Aula de la Naturaleza, gestionada por el Ayuntamien­to de San Roque, cuenta con un punto de informació­n y un jardín botánico con especies florística­s del ecosistema galardonad­a con la bandera azul desde el pasado junio. Las banderas azules suponen un reclamo para los turistas y también un reconocimi­ento al esfuerzo municipal en materia de playas y educación ambiental.

LA ALHAJA, VÍCTIMA DE LA CRISIS HIDROGRÁFI­CA

Uno de los lugares más emblemátic­os de este pequeño pulmón verde es la fuente de la Alhaja. Durante años, un caño potente y cristalino que se dejaba caer sobre la transparen­cia del arroyo, ha servido de agua potable a los visitantes. Debido a la carencia del caudal, amenazado por la proliferac­ión de pozos ilegales para riegos que se producen en fincas privadas de las cercanías, hoy se encuentra ajado y la fuente ha dejado de derramar agua.

Este importante manantial se suma al número de víctimas que se ha cobrado la sequía en toda la comarca. Cifra que tristement­e no dejará de ascender si la coyuntura, tanto climática como humana, no mejora.

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E.S. Visitantes disfrutand­o de las instalacio­nes en el entorno natural del pinar.
 ?? E.S. ?? Diversidad vegetal del Pinar del Rey.
E.S. Diversidad vegetal del Pinar del Rey.
 ?? E.S. ?? Un aficionado a la micología.
E.S. Un aficionado a la micología.

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