CUARTOS DE FINAL
Comparsa. Cádiz
La oveja negra.
Martínez Ares. negras.
Antonio Ovejas Gaditanos que hacen que sus penas sean de colores. Tras un primer pase excelso, la comparsa de Antonio Martínez Ares no convence tanto en las letras de estreno por diferentes motivos. Todo esto, dentro de una obra que embelesa de principio a fin con el desarrollo del personaje en el popurrí y la potencia de la presentación. Por dos distintos caminos, las letras de los pasodobles no golpean tan fuerte. Tiran de una rebuscada historia para intentar emocionar en el primero al contar la historia de una mujer que cuida a “una mala madre”, lo que deja sensaciones encontradas. Narran los sentimientos de una mujer que se siente “un andrajo con 40 primaveras” por una madre que “me esclaviza con sus llantos y sus insultos”, por lo que la califican de “bruja tirana”.
El segundo se cae por los tintes populistas para intentar poner el público en pie –algo que consiguen– al criticar a Pedro Sánchez por el asunto de la amnistía. Cantan medio pasodoble en catalán para buscar un remate en el que dicen que “no confían en la palabra” del presidente, por lo que le pide que “abra el corral y que se vayan” de España. Estas sensaciones se mantienen en los cuplés, también por diferentes caminos. Tiran del chiste de la persona que le da asco el uso de insectos en la comida, pero le recuerdan que “cosas peores se ha metido en la boca”. Desconcierta el segundo a su afición por el 12 de octubre, el desfile y los abucheos al presidente, pero al día siguiente se va al sindicato para “comerle el nabo a Pedro Sánchez” –sin anestesia–.