Diseccionando a ‘La oveja negra’
Juandi Aragón, es decir, Achicarte junto a Sonia Espinosa, no oculta la “inquietud” e “incertidumbre” que recorría el taller de los artesanos gaditanos el día antes del estreno de ‘La oveja negra’. Que Antonio Martínez Ares es sinónimo de excelencia, pero también de riesgo, es un hecho del que son conscientes desde que unieron sus caminos en 2018 con ‘El perro andalú’, pero con el proyecto de este año se daba “un paso más”, un concepto “abstracto”, “complicado”, de materializar y, además, “sin escena donde apoyarlo”. Un reto que se consumó en un nuevo éxito. “Sí, puede ser el trabajo más complicado al que nos hemos enfrentado con Antonio y, por ello, estamos contentísimos”, reconoce.
Un tipo lleno de “simbología”, de dobles y triples caras, con ecos “transgresores”, “oscuros”, que llevan al espectador “a buscar múltiples significados” y “resonancias”. Un tipo polisémico, sí, pero sobre el que el profesional, que ha trabajado en el diseño del disfraz con Espinosa y “siempre de la mano de Antonio”, puede arrojarnos varias certezas tanto visibles como invisibles.
Inspiración en la contracultura y diferentes tribus urbanas y tendencias, reflejos teatrales y alma carnavalera. ‘La oveja negra’ bebe de muchos lugares hasta conseguir aparecerse en el boceto definitivo de Achicarte y Martínez Ares. “Hemos intentado buscar ovejas negras a nivel social, tanto en estilo como en tendencia, en moda. Se han tomado como referencias el estilo punky, de ahí la cresta; el tema de drag queen, de ahí las hombreras grandes, las botas; incluso detalles de la estética sadomasoquista. Esa ha sido la referencia a la hora de buscar una forma al vestuario”, confirma Aragón que destaca y alaba el trabajo de “todo el equipo completo”.
“Creo que el buen resultado tiene que ver con el trabajo de un buen equipo. Cada departamento que recibe el tipo, lo engrandece. Porque cuando nosotros nos reunimos con Antonio diseñamos el prototipo pero luego llega Manolo (Manuel Odriozola) y empieza a implementar telas y texturas que te lo hacen todavía más chulo; y luego llega Sara (Sara Romero, de Camerino de Artes y Horrores) y le mete el diseño de maquillaje y es cuando ya todo cobra más sentido. Es que son gente con una calidad muy grande que van aportando guindas, lo mejor de cada uno para un repertorio que, además, es redondo”, argumenta.
Además de ‘La oveja negra’, Achicarte también ha trabajado este Concurso para ‘La última, y nos vamos’, de Antonio Álvarez El Bizcocho, “una imponente escenografía”, Titanic incluido, donde la dificultad también residía “en hacer los instrumentos con elementos que te pudieras encontrar en el barco”; la comparsa ‘Los despertadores’; el boceto del tipo de ‘Carnaval, me cago en tus muertos’, con quien ya trabajaron el pasado año; parte del disfraz del cuarteto ‘He vuelto (El Barrio)’; “y ya luego hemos trabajado para Granada y para Huelva”, repasa.
LOS DETALLES
La máscara que va sobre la frente de los comparsistas es un elemento estético, simbólico pero también un recurso. “Cuando tú te pones una peluca o algo artificial en la cabeza, el nacimiento de tu pelo con la frente es algo muy complicado de tapar. En el teatro lo puedes tapar con un buen maquillaje pero luego en la calle no queda igual de natural. De esta forma, pensamos en la máscara como solución, una máscara de doble cara que representa tanto las dos caras del carnaval, como el mismo concepto de oveja negra, una persona que está señalada por otra”.
“Antonio quería que todo el rebaño llevara el sello de una ganadería, digamos. Ese sello son dos C, que significan Carnaval de Cádiz, con un corazón en medio. Además de llevarlo en lo botones, en cara y cuernos, en la chaqueta llevan dibujado varios, según el número de años qie llevan participando en el Concurso. Este tipo de elementos que se han ido incorporando se añaden para darle una personalidad al tipo y también para hacerlo carnavalero”.
Además de utilizarse para unir pantalón con botas y ofrecer unidad al conjunto, “el tema de la malla, de la alambrada busca resaltar el lado más salvaje del personaje”.
La peluca lleva tres puñales clavadas “porque la oveja negra es una persona con un bagaje de vida”. “Antonio lo cuenta en
Asegura Juandi Aragón que en las primeras reuniones con el autor “no se habla de escenografía” a no ser, claro, “que forme parte del personaje”. “Realmente, se suele empezar diseñando el personaje y, una vez que está diseñado, como diría Reguera, ubicamos la acción”. De todas formas, como con ‘La oveja negra’ “nos estaba costando tanto tanto el personaje”, los artesanos de Achicarte agradecieron la ausencia de escenografía. “Se decidió que era mucho mejor apostar por el tema de la iluminación”. Así, tal y como asegura Aragón por boca de “los técnicos del Falla”, un contraluz como el que se ha hecho para ‘La oveja negra’ (con los focos abajo que van subiendo a medida que cantan) “nunca se había hecho en el Concurso”. Un contraluz que Achicarte sacó “de una obra de teatro rusa”. “Nosotros tanto para el vestuario, como para luces, para escenografía, siempre estamos pendientes de las tendencias que se están llevando en las obras de teatro y en los musicales. Siempre hay que ir mirando lo que se hace sobre las tablas para salirnos de lo típico y dar pasos”. Romper, innovar y siempre ofrecer algo distintos. “Estaba ahí la imagen de ‘Los cobardes’, pero queríamos hacer otra cosas, no se trataba de ir con una caja negra sino de estar en un espacio oscuro”, diferencia.