El arte de aprovechar utensilios cotidianos
El artesano Alejandro Mariño se ha encargado de los complementos de la chirigota para potenciar la idea de un comparsista octavilla muy presumido
En la antigua peña Los Juancojones, en El Mentidero, cuartel general ahora del Coro de los Estudiantes, nos recibe Alejandro Mariño, el artesano gaditano que este año, entre otras agrupaciones, ha trabajado en el tipo de la chirigota de Cádiz ‘Los súper ego’.
Nos sirve de modelo José Reyes, uno de los guitarras, para que Mariño nos explique los detalles del disfraz. “Keko Trinidad, que ha hecho la puesta en escena, y yo le dimos forma a la idea que tenía la chirigota”, expresa el artesano. La base del tipo es una malla impresa en tela de lycra diseñada por la sevillana Eva Luna, que también la hizo para chirigotas como ‘No tenemo el congo pa farolillos’ (2018) de Vera Luque.
Una vez hecha la malla ya empezó el trabajo de Mariño para sumar los complementos de los tipos de estos presumidos octavillas del Carnaval que tienen el ego por las nubes. “Se han ido modificando cosas con respecto al boceto inicial”, señala. Eligieron pelucas de verdad en lugar de las de gomaespuma con un color rubio “que no es el de color amarillo pollo, que no queríamos”.
Mariño lleva en esto 16 años, desde 2008 que trabajó para la chirigota ‘Los de la carpa’. “Este es mi primer año con esta chirigota”, destaca en referencia al grupo de Miguel Ángel Llull Segura, David Verde Pérez y José Arauz Olozábal. También se encarga de los complementos del Coro de los Estudiantes ‘La fiesta de los locos’, la chirigota de Roquetas de Mar (Almería) ‘Me tienes frito’, la chirigota de Rota ‘El niño de Isabelita 2’, el cuarteto ‘Los Coco de Cadi’ y la chirigota ‘El Grinch de Cai’. “Ah, y los ceniceros de Cinzano que echan huno y que lleva la chirigota del Selu”, apuntó.
LOS DETALLES
La pistola de Urbason: Medicamento clave para despejar las saturadas gargantas de los octavillas de Cadi. “No sabía cómo hacerle, pero me fui al chino de la Zona Franca y me inspiré comprando cuatro cosas”, cuenta Mariño. La base es una pistola de juguete rematada por un cañón que es un dosificador de salsas. Lleva un gancho para que se la puedan colgar en el tipo. “El mismo que le coloqué a la chirigota del Vera en ‘Los del planeta rojo...’ para los cuartos de final porque les era incómodo guardarlas en bolsillos”.
Espejito: Para que el comparsista postura le pregunte ¿quién es el más bonito? Hecho en PVC en máquina de corte numérico.
Peine: Esencial para que el pelo del egocéntrico carnavalero no sufra los rigores del levante. Metacrilato cortado con láser. Muñequeras: Seguimos con el cuidado del pelo. Son tarros de gomina Giorgi Nº1 experto en comparsistas. Fijación extrafuerte. Impresión en plástico sobre gomaeva.
Bote de helio: El gas pone finita la voz del octavilla. Es un bote térmico al que acompaña una mascarilla para el oxígeno cuando el octavilla tira por arribita. Capara y broches: La capa roja se lentejuelas se aguanta en los hombros con dos Antifaces de Oro hechos en resina. Al lado, una escarapela premio al Mejor Octavilla.
Cinturón: De polipiel. Amarillo. “Color difícil de encontrar, pero hallado en Sevilla”, apunta Mariño.
Bufanda y guantes: Comprados. Los guantes son de trabajo, concretamente de reponedor. Botas: Son de agua, compradas en Decathlon. Llevan impreso el logotipo del Gran Teatro Falla.