SELECCIÓN OLÍMPICA GADITANA PARÍS 2024
● Si los ecuatorianos tienen al ciclista Richard Carapaz, nosotros tenemos al ‘Carapapa’, la esperanza gaditana para los Juegos de París 2024. Ahí le tienen tras ganar la cronoescalada Palillero-torre Tavira, al demarrar subiendo Javier de Burgos y dejar
NUNCA me ha gustado esta fiesta hortera y desagradable. Ni siquiera cuando, según quienes la perpetran, se decían las cosas de manera más elegante y con ‘doble sentido’, esa leyenda urbana que ellos mismos agigantan y que en realidad tuvieron que usar para no recibir palos de los grises y acabar en la comisaría. O sea, que se lo hacían encima del miedo que tenían. Anoche me sobresaltó el timbre de mi teléfono de góndola mientras estaba desenredando un rosario de marfil que compré allá por 1982 en la librería Cerón de la calle Columela. Era la voz entrecortada de una mujer, envuelta en llantos. Cuando se tranquilizó supe que era mi amiga Virtudes, feligresa de San Lorenzo. Me contaba que acababan de cantar en el coliseo de los egos una letra en la que se hablaba abiertamente de los comportamientos sexuales de clérigos como el de su parroquia y cofrades. Ni doble sentido ni nada: zafiedad en su máxima expresión. Al parecer, los individuos que cantaron tal sucesión de ripios están al tanto de la vida privada de los hombres de Dios. Como si fuesen detectives o hubiesen presenciado en directo las inmoralidades que imputan a curas y personas de fe. Sin filtro. El público en pie y todo el mundo celebrando la cancioncilla. Para entrar a saco con las porras y hartarse. Para tirar el Falla y hacer pisos (eso sí, solo para parejas casadas por la Iglesia). Qué tiempos aquellos en los que las chirigotas salían del Falla en un furgón de la Policía. Javi Osuna es Escrivá de Balaguer al lado de estos cafres que escriben ahora.