Y seguimos cantando.

LETRA. Antonio Jesús Pérez Fuentes Piru y Sergio Guillén Bancalero el Tomate. MÚSICA. Sergio Guillén Bancalero el Tomate. DIRECCIÓN.

Juan Antonio Macías Álvarez.

Un parque de atracciones gaditano. Seguimos cantando en Cádiz para tapar las miserias, aunque la ciudad se siga desangrando. Pero el Carnaval maquilla las heridas. Una ciudad como un parque temático que le sirve a la comparsa de Piru y Tomate para mantener en gran parte el molde que le ha funcionado en los últimos dos años. En esta ocasión, las letras de competición no brillan, sobre todo por el punto efectista que esconden para intentar poner al público en pie con críticas en las que mezclan un poco de todo, por lo que la intención está por encima de todo. Un pelín más acelerados de lo habitual, el primero sí tiene un desarrollo más convincente al repasar el origen andaluz del flamenco en la historia y por el triángulo formado por Cádiz, Jerez y Triana para arremeter contra Isabel Díaz Ayuso por decir que Madrid es la capital del flamenco. Una sentencia que rechazan entre críticas por su gestión de las residencias de ancianos durante la pandemia por dejarlos morir, por lo que rematan defendiendo que su capital está en Andalucía. No luce tanto el recorrido de la segunda al contar todas las vergüenzas de la Iglesia por su giro final. Con alguna incongruencia literaria, al principio se da a entender que un hijo le explica a su padre por qué no se va a casar en la Iglesia, pero al final su padre es el Nazareno. Los cuplés son una montaña rusa. Bajan con el primero al teletrabajo, por lo que los diputados están “teletocándose los cojones”. Suben con el segundo a un amigo que no para de tocarles el brazo, por lo que Toñi Moreno les dice a ellos que son unas personas maravillosas.