UN TIPO AL DÍA En un parque de atracciones gaditano
● Quattro’s explica la construcción de la idea que trae la comparsa de Tomate y Piru, ‘Y seguimos cantando’
Cádiz convertido en un parque de atracciones por febrero. Es lo que se ve en la espectacular escena que aparece en cada pase de ‘Y seguimos cantando’, la comparsa de la Cantera, de Piru y Tomate, y que pone la guinda a un tipo ochentero que surgió en el grupo de Whatsapp que comparten artesano y autores.
“Ahí hacemos mucha lluvia de ideas. En principio pensamos en representarlo como los niños que se convierten en burro de Pinocho pero no nos terminaba de convencer, aunque sí lo del parque atracciones. Y mira por donde al mismo momento nos mandamos la misma foto, la misma imagen, de la que desde ahí fuimos elaborando el disfraz”, cuenta Keko Trinidad, que junto a Rafael Aragón lleva Quattro’s Producción Artística, encargado de la realización de diseño completo, vestuario, tratamiento del tipo, sombrerería y escenografía de esta comparsa.
‘Y seguimos cantando’ representa a ese gaditano que por su imagen siempre tiene que sonreír y que se convierte en la atracción principal de esta feria gaditana. Así, y con el objetivo de recordar a las comparsas de los 80, el tipo se convierte en una “fusión” de tipos de tipos “super trillados” pero cuya mezcla funciona y evoca a ‘Los hombres del mar’, ‘Entre rejas’ o ‘Sonrisillas’, buscando ese recuerdo a la época.
Por eso el personaje es como “un payaso marinero” con muchos detalles. “Y hemos utilizado colores primarios, el rojo, el azul y blanco, que ya nos funcionó mucho con ‘Después de Cádiz ni hablar’. Yo siempre digo que me gusta diseñar tipos que me gustaría ponérmelos a mi”, apunta. Desde una parte de arriba más marinera, con el gorro, con un logo del timón como una noria, y camisa marinera; y con una parte de abajo más de payaso, que incluye en sus pantalones una diana en la que siempre disparan a los gaditanos. Detrás una guitarra con agrupaciones emblemáticas que se han hecho realidad gracias a esos gaditanos que cantan. El maquillaje, a cargo de Camerino de Artes y Horrores, completan a este ‘gracioso’ protagonista.
La escenografía, por su parte, toma un papel fundamental en el escenario, con esta especie de cómicos dentro de un parque de atracciones en el que se ha convertido la ciudad, explica Keko Trinidad. Si uno se fija puede ver ese forillo, pintado a mano, con las clásicas garitas de los castillos y murallas gaditanas, y unas señales que indican los pisos turísticos, los tablaos, o las ilegales.
Luego cada uno de los ‘cacharritos’ han sido gaditanizados, como un barco vikingo que es una barquilla caletera, o el tren de la bruja o los escobazos, que se convierte en el tren de los babuchazos, o una torre de la catedral como la caseta donde se suele jugar a pescar los patitos amarillos, o la montaña rusa como ‘Cádiz montain’, que la utilizan como elemento en los cuplés.
“Creo que es una gran idea, como mensaje y lo que representa y el disfraz me gusta muchísimo”, concluye el artesano que está contento con el resultado, con mucha luminosidad, con “elementos muy complicados que han tenido que hacerse poco a poco” y donde se fusiona bien la comparsa con la escenografía. Ha sido un trabajo duro, como en otros diseños y puestas en escena de otros grupos de este concurso. Por eso quiere destacar la labor no sólo de ellos, si no de todos los artesanos del Carnaval.