Otro olvido municipal
● El Ayuntamiento deja fuera de su plan turístico para el primer trimestre del año a la Semana Santa ● Los hermanos mayores de la diócesis se reunieron el sábado en un pleno ‘light’
VIVEN las cofradías, ahora y antes, en una continua sensación de cal y de arena con el Ayuntamiento. Con este y con los anteriores. Pero ahora vayamos al de ahora; entró Bruno García con una de cal, nombrando un concejal específicamente de Cofradías, aunque Verdulla no disponga de presupuesto, personal ni siquiera despacho para el desempeño de esa concejalía absolutamente carente de contenido; y al poco dio una de arena, retrasando otro año más los cambios en la carrera oficial que ya había pactado el Consejo con el anterior gobierno de Kichi. Llegó la de cal con el incremento de las subvenciones y el compromiso de trabajar con esmero por las hermandades; pero la Semana Santa ha recibido otra de arena al quedar fuera de los planes municipales en relación al turismo para este trimestre.
Anunciaba esta semana el Consistorio la celebración de una mesa sectorial de Turismo y Comercio para poner sobre la mesa “los eventos a celebrar en la ciudad de Cádiz en este primer trimestre de 2024”. Y hablaron de Carnaval, del día de Andalucía, el Foro Internacional de Turismo y Flamenco (el 13 de marzo) y el Tour del Talento (del 18 al 22 de marzo). Pero olvidó el Ayuntamiento que dos días después de ese último evento abordado en la mesa de Turismo y Comercio comienza la Semana Santa; es más, no cayó en la cuenta que ese Tour del Talento acaba el Viernes de Dolores, y que ese día ya celebra Cádiz su primera procesión.
No es que las cofradías necesiten el turismo ni el comercio, nada más lejos de los intereses y del por qué de las salidas procesionales de Semana Santa. Pero sorprende que el Ayuntamiento analice en una reunión sectorial el Carnaval, el día de Andalucía o un encuentro de un día que se desarrolla en un edificio puntual (el Centro de Arte Flamenco de la Merced), y no mencione la Semana Santa, que debería ser una oportunidad también para la ciudad.
Otra de arena en la cuenta municipal. que algunos vuelvan a mirar a la fotografía como elemento igual de válido que la pintura para anunciar las procesiones. Siempre ha debido ser así, aunque es cierto que en los últimos tiempos la pintura se ha impuesto con creces (casi por unanimidad) en esto de los carteles. La pintura ofrece posibilidades insospechadas, permite al autor crear lo que le venga en gana y con los materiales y el estilo que entienda más oportuno; pero no es menos cierto que una buena fotografía tiene un poder arrollador, y que si la fotografía incluye tratamientos y técnicas digitales, la dimensión artística se abre de manera infinita.
Merced
El Nazareno de la Obediencia procesionará este año en el mismo paso ya cedido en 2023 por la Pastora de Trille, a la espera de que la junta recién elegida pueda plantear o proyectar alternativas de cara al futuro; estará acompañado por la misma banda (agrupación musical Polillas) y será portado por el mismo capataz (no así el palio para la procesión de septiembre, que ya ha sido encomendado a Vicente Llorens, miembro de la junta). Y es que apenas ha tenido tiempo el grupo de Gabriel Parodi de plantear la Semana Santa tras las elecciones de diciembre. Por delante tendrá la cofradía también el reto de decidir qué hacer finalmente con respecto a la incorporación a la Semana Santa, si se decantan por el Lunes Santo o si optan por mantenerse en la jornada de vísperas, ya que la opción de la Madrugada parece haberse diluido con la salida de varios miembros de la anterior junta.
Oposición
Un mensaje generalizado: si el camino por el que opta uno es hacer oposición a la junta de gobierno elegida por los hermanos, si la única misión va a ser intentar torpedear todo lo que se plantee y todo el trabajo que se haga, lo mínimo que se requiere es conocimiento y seriedad, por respeto a la institución y a este mundo de las cofradías. Qué menos que saber que un cabildo extraordinario es ese que se convoca en fecha distinta al ordinario, que un cabildo ordinario debe llevar un mínimo de puntos (aprobación de cuentas y actividades, ruegos y preguntas…) al que se pueden sumar cuantos puntos considere la junta de gobierno; o que la junta puede nombrar al vestidor que le venga en gana en el momento que le venga en gana. Dicho queda.