Dudas sobre la unión en un vestuario que sufre sin victorias
Tensión entre jugadores de la plantilla cadista en el duelo andaluz frente al Betis
Enel Cádiz CF agranda su conocida crisis y no sólo por la derrota (0-2) sufrida en casa ante el Betis el pasado viernes 9 de febrero. El conjunto amarillo demostró que aún anda lejos de retornar a la senda de la victoria que tanto necesita si quiere renovar su estancia en la máxima categoría del fútbol español. Pasan los meses (más de cinco) y no es capaz de celebrar un triunfo. Lleva sólo dos que consiguió en el primero y en el cuarto capítulo del campeonato.
La dura realidad es que al Cádiz CF se le está poniendo cara de Segunda División. Son ya 20 los encuentros consecutivos sin ganar (sin contar los dos de la Copa del Rey) en una crisis sin precedentes en su centenaria historia.
En medio del tormentoso varapalo frente el cuadro verdiblanco, salieron al exterior las grietas abiertas en el vestuario. Cabe preguntarse que está pasando a nivel interno para que Rominigue Kouamé le negase el saludo a Gonzalo Escalante cuando el argentino llegó al banquillo cuando fue sustituido durante la segunda mitad.
Escalante le tendió la mano en más de una ocasión, pero Kouamé no quiso saber nada del gesto de su compañero tal como reflejaron las imágenes emitidas por Dazn. El maliense le llegó a decir una palabras. Un detalle muy feo por parte de Kouamé. Nadie sabe qué le empujó a despreciar a Escalante, que sí fue correspondido en el saludo por otras personas que estaban a su alrededor.
Tras el pitido final, una vez consumada la derrota, se vivió otro momento de tensión cuando los jugadores del Cádiz CF se acercaban al Fondo Sur a saludar a la afición. Álex Fernández se enfrascó en una discusión con un compañero aunque la cosa no pasó a mayores.
La principal clave para que un equipo pueda alcanzar sus objetivos es que haya unión en
el vestuario. No parece que sea así en el caso del Cádiz CF. El equipo no funciona con 24 hojas ya arrancadas del calendario y ahora salen a luz disputas entre miembros de la plantilla.
Mauricio Pellegrino tiene mucho trabajo para poder sacar a un
flote a un equipo hundido. No sólo tiene que mejorar al equipo y acertar en la táctica, las alineaciones, los cambios... Una tarea importante que debe solventar lo antes posible es la imprescindible unión en el vestuario. El técnico está llamado a aplacar
los ánimos caldeados, arreglar los conflictos y propiciar el mejor ambiente posible para afrontar el reto de la salvación.
Los problemas entre los jugadores suponen un obstáculo más en la mala temporada que está realizando el conjunto amarillo.