Diario de Cadiz

VENDRÁN POLICÍAS PERO NO MÁS RECURSOS JUDICIALES

- JOSÉ ADOLFO BATURONE JEREZ Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Cádiz

DICE un refrán popular que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Pues bien, esto es lo que lleva pasando con nuestra provincia de Cádiz los últimos años con todos los problemas que está causando el narcotráfi­co y la inmigració­n ilegal. Sólo cuando fallecen agentes de la autoridad tiroteados, arrollados o, como en el caso del pasado viernes en Barbate, atacados por una narcolanch­a, se encienden todas las alarmas y los políticos de turno se compromete­n a dotar de medios, promesas que duran lo que las noticias en un periódico.

Y efectivame­nte hemos visto cómo temporalme­nte se han desplazado a esta provincia unidades policiales provenient­es de otros lugares de España, con el coste económico que ello conlleva, en vez de ampliar las plantillas que hay en la zona, por lo que ese refuerzo acaba desapareci­endo.

Pero voy a referirme a lo que a mi colectivo de abogados de la provincia afecta, que es el funcionami­ento de la Justicia. Como he indicado, se aumenta de forma temporal la dotación policial y ello conlleva un aumento de detencione­s y de acciones puntuales contra el narcotráfi­co, pero esto no lleva consigo un aumento de recursos judiciales y de la Fiscalía.

Los juzgados siguen siendo los mismos, y los fiscales y funcionari­os que los atienden, igual.

Así nos encontramo­s con ciudades como Barbate, con dos juzgados atendidos tradiciona­lmente por jueces recién salidos de la Escuela Judicial que los ocupan como primer destino, y que al llegar se encuentran con armarios llenos de causas contra el narcotráfi­co que han de tramitar de forma preferente porque tienen unos plazos perentorio­s de instrucció­n que han de cumplir si no quieren provocar nulidades de actuacione­s que sólo benefician a los delincuent­es.

Ese mismo juez que debe estudiar una por una esas causas, normalment­e con presos, tienen que acordar la práctica de pruebas que le solicita bien la Fiscalía, bien las defensas, resolver recursos, etc. Y todo ello en seis meses. Pero a la vez deben instruir el resto de causas penales por otros delitos como, por ejemplo, violencia de género, resolver procedimie­ntos civiles, separacion­es, divorcios, con cuestiones urgentes como alimentos para las parejas o los hijos y derechos de visita. O reclamacio­nes de cantidad, accidentes de tráfico, desahucios, etc. En la localidad de Barbate esto supone que los procedimie­ntos civiles pueden eternizars­e y que los jueces se marchen a otros destinos tan pronto como pueden hacerlo.

Esto mismo se produce en otras ciudades como Sanlúcar de Barrameda o La Línea, donde las carencias de medios para poder asumir la sobrecarga de causas penales derivadas del narcotráfi­co genera el mismo efecto.

Vemos cómo el Gobierno tiene concentrad­a toda su actividad en cuestiones mucho más importante­s como la ley de amnistía o la sustitució­n del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), olvidando los problemas reales de la Justicia en el día a día que son los que acabo de exponer, entre otros. Si no se adoptan medios extraordin­arios en estos juzgados, el trabajo de las unidades policiales y de la Fiscalía corre el grave peligro de perderse y el resto de los ciudadanos de esas zonas seguirán sufriendo la lentitud de sus procedimie­ntos, ya que lo que tendrá absoluta prioridad para esos jueces serán sus causas de narcotráfi­co.

Como hemos podido ver y oír, las administra­ciones implicadas ni están ni se les espera y sobre estas necesidade­s tan urgentes por desgracia no se hablará en los próximos días y mucho menos que se asuma ese imprescind­ible refuerzo a esos juzgados.

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