Galicia cierra la campaña electoral sin un vencedor claro para mañana
● Las encuestas reflejan una posible bajada del PP gallego, que podría impedir la mayoría absoluta, una subida del BNG, que lideraría la oposición, y un estancamiento del PSOE
Dicen que si ves a un gallego en la escalera no sabes si sube o si baja. Después de quince días de campaña, el panorama electoral en Galicia está más en el medio de la escalera que nunca desde hace 15 años y aún más que cuando se anunció el adelanto el pasado 21 de diciembre.
Desde el 2 de febrero, cuando se produjo la pegada de carteles, las encuestas han detectado un posible movimiento sísmico en torno al resultado del PPDEG y todo el escenario político se ha tambaleado pendiente de si resulta ser un simple temblor preelectoral.
Cuando el presidente de la Xunta y candidato del PPDEG, Alfonso Rueda, anunció que adelantaba las elecciones, todo pronosticaba una travesía tranquila para su partido, llevado por los vientos de la polémica sobre la ley de amnistía que alentaba el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo,
instalado en Galicia para la campaña.
Han sido dos semanas de desembarcos, primero en forma de minúsculas bolitas de plástico (pelets) y después con una arribada constante de líderes nacionales, desde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta, Yolanda Díaz, a ministros y presidentes autonómicos, pasando por ex presidentes y otros ex líderes.
El rumbo se torció un poco para el PPDEG mientras la oposición, PSDEG y BNG, apuraban para llegar en perfecto estado de revista a la pegada electoral. Los partidos extraparlamentarios pasaron unas semanas de inquietud decidiendo si iban juntos, revueltos o separados, que fue la opción final. Sumar y Podemos cada uno por su lado.
De Madrid llegó Vox, desde Ourense Democracia Ourensana y, para completar el baile de siglas, sólo quedaba Izquierda por Almería, que sorprendentemente intentó presentarse por la circunscripción de Lugo, pero se topó con la Junta Electoral. Pese a todo, hay menos candidaturas que en las elecciones de 2020, celebradas aún en plena pandemia.
ENCUESTAS Y DEBATES
Después de cientos de mítines, decenas de visitas a residencias de ancianos, escuelas, mercados y hasta tiendas de animales y miles de parodias en las redes sociales, las encuestas reflejan una posible bajada del PPDEG, de los 42 diputados actuales e incluso quedar al filo de la mayoría absoluta (38 escaños).
La campaña electoral ha supuesto por el contrario una subida en intención de voto para el BNG, que lidera la oposición, y un estancamiento del PSDEG, llamado a ser su socio de Gobierno si la izquierda consigue mayoría.
A partir del primer debate electoral en la TVG, el escenario quedó configurado con unos partidos de la izquierda dispuestos a entenderse para enfrentarse a un Rueda solitario, y Vox y DO fuera de foco, aunque este último podría conseguir un escaño, según algunas encuestas, y convertirse en llave para el PP. El segundo debate, en TVE, fue sólo entre la candidata del BNG y el del PSDEG, mientras Rueda declinó asistir.
Propios y extraños admiten que la líder nacionalista ha hecho una buena campaña, centrada en presentarse como la “primera presidenta de la Xunta”, mientras populares y socialistas han dividido sus esfuerzos entre los anuncios autonómicos y nacionales, o las polémicas llegadas del exterior.
BORRASCA EN EL ECUADOR
En el ecuador de la campaña apareció la borrasca. El PPDEG se desmarcó con unas revelaciones de fuentes del partido que modularon su postura sobre la amnistía y los indultos a los independentistas catalanes, y los coletazos de esta polémica aún tendrán que medirse en las urnas.
Lo único que ha quedado claro en estas dos semanas es que no son sólo unas elecciones autonómicas, sino que se juega también el tablero de la política nacional. Sánchez, Feijóo, Díaz, Abascal... todos miden aquí sus fuerzas.
La Presidencia de la Xunta está más en el medio de la escalera que nunca
Son unas elecciones en las que los líderes nacionales también se están jugando mucho